La Bota de Oro juega en Batea

Agustí Fornós (26 años, Miravet) tiene un trabajo rudo, exigente:monta estructuras en la central nuclear de Ascó hasta las tres de la tarde. Luego, también con esos ademanes férreos, se enfunda la camiseta del Batea CF, sólido líder en el grupo 1 de Tercera Catalana. Los fines de semana sólo tiene entre ceja y ceja una misión: alojar el cuero en la portería rival. Así de fácil, así de mecánico y así de efectivo para un delantero corpulento y muy físico, un prodigio del acierto. Ya lo ha hecho esta temporada 39 veces, 39 goles en 19 partidos disputados, lo que arroja una media de 2,1 por encuentro. En todo el fútbol catalán sólo le supera en la ratio Sergi Puig, del Viladrau de Cuarta Catalana, con mejor promedio (2,2) pero menos dianas marcadas (37), por lo que Agustí es algo así como la Bota de Oro en Catalunya, el hombre que, a estas alturas de campaña, ha anotado más dianas, alcanzando estadísticas de crack mundial. «No me esperaba que me saliera todo tan bien. En el curso pasado hice 37 goles en todo el año. Ahora llevo 39 y estamos en febrero, así que hay más margen de mejora», explica. El punta, pura pólvora y definición, acumula años conviviendo con el gol. Es habitual que la cifra de tantos garantizada anualmente supere la veintena; lo que no es tan común es el registro estratosférico actual. «Todo tiene que ver, también el compañerismo, que el equipo vaya bien. Me ayuda el buen ambiente que hay en el vestuario», añade.

‘Es un fuera de serie’

Club y afición aplauden tan impactante estado de gracia. «Es un fuera de serie, está que se sale, muy bien de forma, todo lo que toca lo mete dentro», relata Joan Suñé, vicepresidente del Batea CF, entidad en la que Fornós, que tiene ADN de pichichi, cumple su tercera temporada. Así le define el directivo ebrense: «Es fuerte, muy completo. Pesa 95 kilos y mide 1,90, o sea que con eso está dicho todo sobre el tipo de delantero que es. Sabe aguantar en el cuerpo contra cuerpo y tiene buen disparo». Ha marcado cinco goles de penalti y uno de falta, aunque a decir verdad Fornós ve puerta de todas las maneras, merced a su instinto demoledor, a su oportunismo y su contundencia en los metros decisivos. En el álbum de proezas su hazaña más reciente ha sido un cabezazo portentoso desde la frontal en el minuto 89’, para darle a su equipo una sufrida victoria ante el Perelló. En las últimas semanas su ‘iluminación’ se ha acabado de desbocar. En el anterior partido a ese marcó tres de los seis goles que su equipo le endosó al Olímpic Móra d’Ebre. Una semana antes había hecho lo mismo: un ‘hat-trick’ en el 6-1 frente al Santa Bàrbara, sólo siete días después de otra tripleta ante el Ascó B (3-5), que a su vez sucedió a su póker (4-0) contra el Horta de Sant Joan, en una espectacular racha donde amontonar goles como como trámite funcionarial.

Agustí ha pasado por el Olímpic, por el Móra La Nova, el Ascó o el Pinell de Brai, antes de recalar en el Batea, siempre como delantero, a excepción de una temporada. «Quise probar de central durante un año, aunque luego volví a la delantera», admite. Allí se mueve como pez en el agua, forcejeando con defensas, ganándoles la espalda, marcando terreno para definir en una baldosa, buscando el resquicio con aires de matador. «Me muevo bien, me sé colocar, aunque yo sólo hago mi trabajo, vengo a cumplir», se resta mérito.

Sólo una comparativa numérica rápida ilustra el festín goleador de Agustí en este curso: lleva más goles que Luis Suárez y Messi juntos (32), más que Cristiano Ronaldo y Benzema (38) y pulveriza con creces los registros de los dos máximos artilleros en Europa, Higuaín (Nápoles), con 24, y Jonas (Benfica), con 23.

Fornós es el autor del 60% de los tantos del Batea, que alcanza los 66 y es, claro está, uno de los equipos catalanes más goleadores. Suma más tantos que nueve equipos de su mismo grupo y lleva los mismos que uno de sus ex, el Olímpic Móra d’Ebre. Él solo lleva más dianas que 18 equipos de Primera División (a excepción, claro, de Barça y Madrid). Ante tanta cifra abrumadora, Fornós apela a la modestia: «Estoy contento, pero el objetivo sobre todo es ascender. No me planteo grandes retos, pero no me importaría jugar en categorías más elevadas». Agustí, mientras el próximo portero rival tiembla, no sacia su atracón. De lunes a viernes, rutina en la nuclear;y el ‘finde’, hábito sobre el campo: goles y más goles.