La Pobla cae en la agonía (Pobla 0-1 Granollers)

Un tanto del Granollers en el tramo final tumba a un filial grana que no materializó las ocasiones que tuvo

13 enero 2019 16:29 | Actualizado a 13 enero 2019 18:17
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Duele ver a esta Pobla porque ni siquiera ella se reconoce. Poco queda de aquel equipo coral, vistoso e intenso que se vio a principio de temporada. Ahora, el filial grana es un conjunto que solo genera mediante impulsos. Necesita de acciones individuales para armar incendio. Cuando el partido pide circulaciones rápidas, el filial se descompone. 

Además, en fase defensiva se ha vuelto un equipo que se descompone con facilidad. Sufre en las transiciones defensivas y los rivales lo saben. Ayer, el gol del Granollers llegó en la agonía con una jugada que nació de una posible falta en la banda y que terminó en una contra fulgurante que enmudeció el Municipal de la Pobla. 

Lo cierto es que ni mucho menos mereció perder. Cierto es que el filial grana ya no es ese equipo que enamora y somete a los rivales con una facilidad despampanante, sin embargo, ayer tuvo las ocasiones más claras. 

En la primera mitad llegó el primer aviso de los granas en una jugada que Montero interpretó con alma de cancha, bajó un balón tenso con el pecho y empaló una volea liftada que encontró a Moha en el segundo palo. El delantero de la Pobla embocó en boca de gol con un cabezazo que no encontró puerta.

En la segunda mitad, la Pobla siguió intentando proponer si demasiada continuidad ese juego asociativo y ofensivo en el que siempre se arropa. En una jugada en la que Sergio Montero volvió a demostrar que está a otro ritmo, el mediapunta grana consiguió conectar un centro en el área pequeña que terminó llegando a Joel Marín. El delantero grana fusiló buscando el palo largo del meta de Granollers, pero se encontró con una mano terrible del guardameta.

No fue el último aviso del filial. Pol Prats, que reaparecía en un partido oficial después de muchos meses, dio muestras de su incontenible talento. En una jugada en la esquina del área, frenó en seco y tumbó al defensa rival para terminar armando un disparo tenso y colocado. Otra vez el portero del Granollers voló y sacó una mano prodigioso. Allí se comenzó a escapar el partido. Pudo marcharse antes de tiempo si no llega a ser por Cordero, que paró una pena máxima en el 78’. 

En la agonía llegó el gol. No fue justo, pero cuando se perdona se paga y en eso el fútbol no suele tener clemencia. El Granollers celebró el triunfo con una dedicatoria especial a Àlex Parera, futbolista de la cantera del club que falleció esta semana a los 12 años. Solo por eso, el triunfo tiene un regusto menos amargo. Allá donde esté, Parera celebró una victoria clave para su equipo y dolorosa para la Pobla. 

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