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Los vallenses Ivet Martínez, exentrenador de Primera División de fútbol femenino, y Francesc Fàbregas, periodista deportivo, son los autores de Un gol per la igualtat, el primer libro de fútbol femenino editado en catalán. Ha sido presentado en el Complex Esportiu Futbol Salou en una jornada para las amantes del balón.
- ¿Cómo surge la idea de escribir este libro?
- Ivet Martínez: Yo llevo muchos años entrenando en Fútbol Femenino y ahora hará dos temporadas que lo dejé, y para continuar ayudando en este deporte decidí escribir este libro, para que la gente viera realmente las desigualdades que hay.
- ¿Ven posible que esta igualdad se consiga en un futuro?
- Francesc Fàbregas: Creemos que la igualdad al 50% con el fútbol masculino es utópica, pero es verdad que el fútbol femenino tiene que recorrer mucho camino. A pesar que en Catalunya empieza a haber una apuesta fuerte, todavía hay muchos aspectos a mejorar.
- ¿Pero en los últimos años se ha notado un crecimiento?
- IM: Sí, el fútbol femenino y su afición están creciendo cada vez más. Además en el libro se dedica un capítulo a la historia de una chica que jugaba al fútbol y ahora tiene una hija que también juega. La niña ni mucho menos está pasando por lo que tuvo que pasar su madre. Para la hija el camino es mucho más fácil. La madre tuvo que luchar mucho porque entonces estaba muy mal visto que una mujer jugara al fútbol.
A las jugadoras del Atlético les pagaron solo 50€ por ganar la Liga y nadie hace eco- ¿Y para conseguir esta igualdad qué medidas se tienen que tomar y quienes las tiene que tomar?
- IM: Especialmente los medios, creo que son los altavoces de esta igualdad. Se hace más eco de Messi y el Barça que de los 50€ que dieron a las jugadoras de la Atlético de Madrid por ganar la liga.
-FF: Además, si analizamos el dinero que destina la RFEF al fútbol femenino es el 1% de su presupuesto. En estas cifras queda muy claro que los recursos que se destinan a unos y otros son muy desproporcionados.
- ¿No creen que estas diferencias de sueldos y presupuestos no tienen que ver con la demanda del espectador?
- FF: Sí, pero si al espectador sólo le ofreces partidos de fútbol masculino, sólo consumirá fútbol de hombres. Hasta hace un año y medio no veías un partido de fútbol femenino por la tele. Está claro que de cada 100 personas, 80 querrán ver un partido de fútbol masculino. Pero si no empezamos a concienciar que también existe el femenino y lo dejamos de banda, es más complicado.
- ¿A qué que se debe de esta desigualdad en el fútbol femenino?
- IM: Ha existido siempre. Incluso, hoy en día, se oyen gritos como «ve a fregar los platos», es impresionante. La educación que estamos dando a nuestros hijos e hijas ya no se la misma, pero todavía existe alguna traba que hace que nos mantengamos en esta desigualdad.
Los medios de comunicación tienen un papel importante en esta lucha- ¿Y en otros países hay más igualdad que aquí?
- FF: El hecho de que este año los dos finalistas de la Champions Woman sean franceses dice mucho del país vecino y de su apuesta por el fútbol femenino. En países nórdicos como Noruega, Suecia e incluso Alemania, es impresionante el trabajo de los medios de comunicación. La federación apuesta mucho más, la gente está más encima y logran que se llenan los estadios.
- Dos de las historias que más os han impactado de las que habéis explicado en el libro.
- FF: Andrea Vernet es una jugadora con experiencia que refleja muy bien los problemas que han tenido muchas mujeres. Ella ha pasado por 4 o 5 equipos que han acabado desapareciendo, por problemas económicos, entre otros, siendo equipos de primera y segunda división nacional. Y sorprende mucho que una jugadora te cuente que todos los equipos en los que ha estado hayan acabado desapareciendo.
-IM: Y la otra es la de Ona Giner, una niña pequeña que lleva dos años jugando a fútbol y para ella ahora es todo más fácil: mejores instalaciones con vestuarios para niños y vestuarios para niñas, entrenadores más formados, una adaptación más rápida, etc. Andrea hace años que juega al fútbol y se ha encontrado muchas trabas. Ahora esperamos que cuando Ona tenga la edad de Andrea y juegue en Nacional o Primera División todo esto no ocurra.
