La ‘superwoman’ Ester Casellas

La jugadora reusense vive su segunda juventud deportiva en el CB Morell de Primera Catalana después de competir en el Reus Ploms y el Reus Deportiu

26 noviembre 2017 22:24 | Actualizado a 26 noviembre 2017 22:29
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Con 37 años, Ester Casellas Boixadera sigue dejándose la piel en la pista. La alero del CB Morell compagina a la perfección su trabajo y su vida familiar con su carrera deportiva, a lo superwoman. Aunque en estos momentos está de baja por una lesión en la rodilla, la reusense ya está pensando en volver para seguir trabajando con su equipo, que juega en Primera Catalana. Antes de llegar al Morell, estuvo en el Reus Ploms y en el Reus Deportiu. 

Ester empezó en el mundo del básquet como benjamín, cuando sólo tenía 8 años en la Escola Puigcerver de Reus. Al llegar a alevín se encontró con que no había equipo de chicas, por lo que se puso a jugar en el equipo masculino. «Entonces, el coordinador del colegio, Jordi Clavero, empezó a llevarme los viernes a entrenar con el equipo infantil del Reus Ploms, que él dirigía», explica.

A partir de ahí, Casellas fue pasando por las diferentes categorías del club albinegro hasta llegar a junior. En su primer año hizo el salto al sénior del Reus Ploms, entrenado por Josep Maria Queralt. «Él confió plenamente en mi y le estoy muy agradecida», confiesa la alero reusense.

"El coordinador de la Escola Puigcerver, Jordi Clavero, empezó a llevarme los viernes a entrenar con el equipo infantil del Reus Ploms, que él dirigía", recuerda

Durante su trayectoria en la entidad plomista, Casellas fue campeona de Espanya con la selección catalana infantil el año 1993 y dos años más tarde, como cadete. «El esfuerzo y el apoyo de los entrenadores Joan Romeu, en el primer campeonato, y Joan Salvador, en el siguiente, me permitieron vivir la experiencia», afirma. En 1996, la alero también fue preseleccionada para la selección española junior.

Al año siguiente, fichó por el sénior del Reus Deportiu, donde estuvo hasta el 2013. En su primer año en el club rojinegro, el equipo consiguió el ascenso a Primera Catalana. Más tarde, en 2001, «pasamos a la Final a Cuatro para subir a Copa pero no pudo ser», recuerda.

Fue al año siguiente, cuando el equipo reusense consiguió el ascenso tan esperado. En 2009, el sénior del Reus Deportiu obtuvo el Campeonato de Copa Catalunya que les permitió disputar las fases de promoción a Liga Femenina 2. Al final no pudo ser. La historia se repitió los dos siguientes años, todos ellos sin conseguir el premio final. «Sólo pensar en poder jugar en una categoría profesional es el sueño de todos los que jugamos a básquet. Fue una lástima no conseguirlo en ninguna de las tres ocasiones», lamenta.

 Ester, además de jugar, también ejerció de entrenadora en la Escola Puigcerver, en la Escola Joan Rebull y en el Reus Deportiu, donde acabó dejándolo. En 2013, la reusense decidió dejar de competir. «En ese momento, no podía compaginar el trabajo, el básquet con mis dos niños, que aún eran muy pequeños», comenta.

Etapa azulada
Pero en diciembre de 2014, le salió la oportunidad de volver a jugar en el CB Morell, en Segunda Catalana. «El entrenador Josep Maria Queralt me llamó para que me uniese y pensé que la mejor manera de terminar mi carrera deportiva era al lado de la persona que confió en mí en los inicios», asegura. Al acabar el curso, el equipo azulado consiguió el ascenso a Primera Catalana.

Esta temporada, «somos un equipo joven, con mucha calidad y que nos compenetramos muy bien y eso nos facilita el juego en la pista. Seguro que hacemos una gran temporada si los resultados nos siguen acompañando», reconoce la alero.

"Somos un equipo joven, con mucha calidad y que nos compenetramos muy bien"

De su evolución como jugadora,  cuenta que «de joven era muy competitiva, me encantaba robar pelotas, correr al contraataque y el uno contra a uno». Pero ahora, con sus 37 años y con dos operaciones (una de ligamentos y otra del tendón de Aquiles) «no tengo tanta agilidad, aunque sigo luchando hasta el final y he mejorado el tiro», manifiesta Casellas.

La reusense está muy agradecida al club morellense, sobre todo a la presidenta Rosa Sánchez y a su entrenador, por las facilidades que le han dado. «Mis hijos siempre vienen a los entrenamientos y a los partidos conmigo», apunta. Y sobre su futuro, asegura que le gustaría seguir jugando «hasta que mis rodillas aguanten». Sabe que cuando cuelgue las botas seguirá disfrutando de este deporte apoyando a sus dos hijos, que juegan en alevín y prebenjamín, «como lo siguen haciendo mis padres, que aún vienen a verme a los partidos».

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