El Reial Club Nàutic Tarragona vive una situación desesperada. La crisis provocada por el coronavirus ha desencadenado el cese de su actividad, la imposibilidad de generar ingresos y un ERTE que afecta al grueso de su plantillas. Una situación que también padecen los grandes clubs de la ciudad y de la demarcación. Sin embargo la actual emergencia se acentúa con mayor acritud en la histórica entidad fundada en 1878: aún no se había recuperado de los daños causados por la riada del mes de octubre de 2019, que destruyó su palanca de remo junto al río Francolí así como varios botes de competición, ni tampoco del temporal Gloria de enero de este año, que provocó desperfectos en el embarcadero y la zona estructural de salida al mar, además de la pérdida de un 70% de sus embarcaciones ligeras. Una doble actuación para la que tuvo que recurrir a la financiación privada con el objetivo de volver a la normalidad.
«Veníamos de dos golpes ya muy duros para nosotros, y ahora esta crisis nos ha puesto contra las cuerdas», explica la presidenta del Reial Club Nàutic Tarragona, Andrea Mazzanti.
La situación se ha complicado a raíz del cese de la actividad en el club, que le ha dejado sin los habituales ingresos extraordinarios vía entrenamientos, actividades para colegios y empresas, bautismos de mar o el casal de verano, donde se acaba forjando su cantera de deportistas.
En esa disyuntiva las cuotas de los socios se perfilan como la única tabla de salvación para el Nàutic. Sin embargo la circunstancia que algunos de ellos hayan decidido darse de baja justamente en estos momentos tan convulsos, pese a estar considerados como copropietarios del club al tratarse de una entidad sin ánimo de lucro, complica aún más la viabilidad. «Hemos bajado los gastos laborales con el ERTE, pero los hay fijos, como suministros, pagos a proveedores, préstamos... De ahí la importancia de la cuota de los socios para nosotros», añade Mazzanti, quien recuerda que el Nàutic «no es una empresa de servicios sino una entidad deportiva sin ánimo de lucro y de interés público, a diferencia de los clubs privados. Subsistimos gracias a esas cuotas», insiste Mazzanti.
"Los socios y sus cuotas son clave ahora mismo para nuestra subsistencia", asegura la presidenta, Andrea MazzantiEl Nàutic ofreció desde el primer día de esta crisis «la posibilidad de congelar la cuota mensual base a quienes por razones económicas se vieran en la imposibilidad de pagarla. «El club nunca dará la espalda a un socio si éste tiene un problema».
Pese a todo se han dado de baja en el último mes 58 socios, un porcentaje elevado para el Nàutic Tarragona, que tiene ahora 882.
La cuota base del Nàutic es de 46,95 euros mensuales, una cifra que según los datos que maneja la entidad es bastante inferior a la de la mayoría de clubs. Da derecho al uso del gimnasio, piscinas, pistas de pádel, sauna, actividades dirigidas indoor, outdoor y en el mar. «Somos la entrada social de Tarragona al mar", añade Mazzanti.
"Somos la entrada social de Tarragona al mar", añade la dirigenteEste momento tan delicado ha coincidido además con la implementación de un nuevo sistema informático integral para la gestión y relación entre el club y los socios que ha impedido llegar a todos ellos a la Junta directiva y por tanto hacer hincapié en ese espíritu de pertenencia al Nàutic y en la importancia de mantener la cuota de socio.
En su objetivo por volver a la normalidad el club llevaba meses trabajando intensamente en dos frentes: la recuperación de la palanca del río Francolí para la sección de remo (obtuvo la ayuda del Port) y de los botes de competición tras la riada de octubre; y en la reparación de las embarcaciones de vela ligera, del embarcadero y la rampa de acceso al mar afectadas por el temporal Gloria de enero. «Esperamos la ayuda de las administraciones en un momento tan delicado», subraya Mazzanti.
Sin olvidar otra líneas de actuación para mejorar y modernizar instalaciones, caso de una campaña de captación de recursos para adecuar las pistas de pádel; un renting para renovar las cintas y elípticas del gimnasio; el proyecto para dar un nuevo impulso al puerto deportivo o la compra de un llagut de mar.