La última final del 2017

El 2017 ha sido un año duro en Tarragona. El club malvivió durante toda la segunda vuelta de la temporada 2016-17. Desde el partido ante el Tenerife, el día de Reyes, hasta el último contra el UCAM Murcia, el Nàstic se acostumbró a jugar finales. Su afición a vivir con el corazón en un puño.

Todo eso se esperaba dejar atrás con la nueva temporada, pero la campaña actual tampoco comenzó de la mejor manera. La situación no está tan al límite como el curso pasado, pero las urgencias reclaman soluciones inmediatas.

Una racha irregular de resultados, especialment en casa, ha vuelto a dejar al Nàstic en el escalón previo a las posiciones de descenso. La derrota del Barça ha salvado a los granas de irse de Navidad en los puestos trágicos, pero Rodri, técnico tarraconense, sabe que necesita los tres puntos para dar tranquilidad al entorno. Empezando por el Consejo de la SAD. 

La imagen del equipo en León (2-0) dejó preocupado a más de uno. El cuadro grana no tuvo opción y cayó en las redes bien tejidas por los futbolistas de la Cultural. Las dudas comienzan a inquietar. Únicamente una victoria en el último acto del 2017 devolvería la confianza en el técnico. Hacerlo en el Nou Estadi, donde ha ganado uno de los últimos cinco duelos, sería ideal. Un detalle navideño para los hinchas.

El rival es el peor posible. Un Huesca que lidera la tabla con personalidad. La que le ha dado Rubi a un grupo en el que destaca Cucho y Melero.

Rodri pierde a Molina, por sanción. Su relevo no podrá ser Tejera ya que que el mediocentro de Nou Barris sigue con problemas físicos y Rodri lo descartó ayer. Tampoco Perdomo entra en la lista. El club quiere esperar al regreso tras el parón navideño para que el futbolista regrese a tope de cara a la segunda vuelta.