Las gradas de Montmeló vuelven a rugir

El público regresa al Mundial en el GP de Catalunya bajo medidas anti-Covid

06 junio 2021 21:40 | Actualizado a 07 junio 2021 09:45
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Más de 24.000 personas tomaron este domingo el circuito de Montmeló para disfrutar de Moto 3, Moto 2 y MotoGP. Tras numerosas carreras con gradas vacías, la afición se convirtió en uno de los grandes protagonistas de la séptima cita del Mundial.

Bajo estrictas medidas anti-Covid, los espectadores pudieron disfrutar de nuevo de la emoción de las motos en directo. Para evitar aglomeraciones la organización estableció un protocolo que ya se inició en la venta de entradas, pues se comercializaron solo una parte. Además, para garantizar la seguridad de todo el mundo, se dejó una butaca vacía entre cada persona del público y se establecieron zonas a las que solo se podía acceder si se tenía la grada allí. Una vez instalado cada uno en su sitio, el Circuit empezó a vibrar.

La ilusión de volver a ver las motos en directo se palpaba en el ambiente y tanto público como espectadores no podían contener la emoción. Los aplausos y cánticos de ánimo se sucedieron durante todas las categorías y empezaron incluso en la vueltas de formación de parilla, momentos en que los nervios estaban a flor de piel.

Las gradas de Montmeló fueron testigos de los reencuentros anuales de los asiduos a las motos, aquellos que han ido forjando amistad a lo largo de los años gracias a su pasión por este deporte. Tampoco faltaron los más pequeños que lucían emocionados las camisetas, gorras y banderas de sus pilotos favoritos. Ni siquiera la amenaza de lluvia, que finalmente no hizo acto de presencia, hizo decaer las ganas de ver rugir los motores.

Minutos antes del inicio de las carreras, las casetas con ‘merchandaising’ de los pilotos acumulaban adeptos que querían renovar su vestuario, lucir camisetas con los últimos diseños o llevarse un recuerdo para siempre de su presencia en el primer Gran Premio con público tras la pandemia. Y de repente, llegó.

Las motos volvían a salir de parrilla entre los ánimos de sus seguidores que aplaudían entusiasmados. Los rencores de otros años se quedaron atrás y todo el mundo animaba a cada vuelta, sin importar quien liderara ni quien se fuese al suelo.

Bajo un sol, a ratos abrasador, los fanáticos del Mundial de MotoGP se mantenían en vilo en cada categoría, en cada vuelta, en cada curva, todo ello sin mostrar un atisbo de cansancio o malestar. Un año sin Circuit se había notado y todo el mundo lo sabía, eran unos privilegiados por haber podido vivir ese momento, por haber tenido la suerte de poder asistir en directo a las carreras tras una temporada 2020 en la que todo había sido diferente y en la que las gradas se habían cambiado por el sofá de casa.

Así pues, al fin de cada prueba, todo el mundo se puso en pie para saludar y celebrar efusivamente con los pilotos, que no dudaron en regalar gestos de agradecimiento, aplausos e incluso caballitos a sus fieles seguidores. Porque está claro, no solo el público echaba de menos las motos, MotoGP no es lo mismo sin espectadores. Pese a que la situación sanitaria es aún complicada, esperemos que este sea el primero de muchos, por no decir todos, grandes premios con aficionados en los circuitos.

Y ahora solo queda gritar: ¡Que vivan las motos, que vivan sus fans y que viva el deporte!

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