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La liquidación total del CF Reus va a alargarse en el tiempo porque existen todavía recursos pendientes de resolución y porque, entre otras cuestiones, está previsto que los acreedores pidan la apertura de una pieza de calificación, el paso previo para buscar responsabilidades en los antiguos Consejos de Administración por una presunta conducta fraudulenta en su gestión de la Sociedad Anónima Deportiva.
El pasado 20 de octubre, el juzgado mercantil de Tarragona decretó la disolución de la SAD y cesó de sus poderes a Onolfo como propietario de la misma. Una vez disuelta la empresa, se inició de la fase de liquidación, el punto en el que ahora mismo se encuentra el Reus. Algunos acreedores a los que se les debe grandes cantidades de dinero van a pedir la apertura de esa pieza de calificación para buscar responsabilidades en los gestores, concretamente en el Consejo de Administración de Joan Oliver, primero, y en el de Clifton Onolfo después. El Consejo de Oliver estaba formado por el mismo propietario, Joan Centelles, Pere Mellado, Xavier Llastarri y Siscu Sabaté.
El administrador concursal del CF Reus, David López, deberá comunicar al juez mercantil si, en su informe, ha hallado una conducta irregular durante los mandatos de Oliver y Onolfo como propietarios de la SAD.
A día de hoy, Clifton Onolfo no ha presentado ningún recurso para frenar la decisión del juzgado mercantil de Tarragona de cesarle de sus poderes como último propietario del club. Desde ningún sector se entiende la postura del americano desde que llegó a la entidad. Todos los recursos que prosperaron a favor de la SAD fueron elaborador por el administrador concursal, David López Estebaranz. El Reus entró en concurso de acreedores el pasado mes de marzo de 2019. Desde entonces no ha encontrado una solución económica a su crisis. De ahí el veredicto final del juez.
En el informe del administrador concursal se detalló que la SAD arrastraba una deuda de más de 9 millones de euros, entre pasivo y créditos contingentes, de ahí que el hallazgo de nueva inversión exterior resultara una utopía, ya que la situación deportiva no llamaba a la aventura. Desde enero de 2019, cuando LaLiga expulsó al Reus de la Segunda División por impagos a los jugadores, la SAD no cuenta con actividad deportiva.
La situación crítica de la Sociedad Anónima Deportiva ha derivado hacia un final triste; su desaparición.
