Marc Torra, un padre de 'Champions'

El delantero del Reus ha visto nacer, de madrugada, a su segundo hijo, Gerard. Justo en la semana previa al gran partido de cuartos de final de Liga Europea ante el Porto. Torra ya suma tres títulos continentales y de forma consecutiva

19 mayo 2017 16:06 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:10
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Manel, el abuelo de Marc Torra (Tordera, 1984), inauguró una tradición por el hockey que traspasó genes y pasión familiar. Manel presidió una de las míticas épocas doradas del Tordera, con el modesto equipo barcelonés instalado en la antigua División de Honor. Mientras, Sergi, el tío del delantero del Reus, formó parte de una de las escuadras más históricas del club, en la que brillaban los hermanos Torner, dos de los jugadores más legendarios del hockey moderno. A Marc no le quedó más remedio que vivir ese deporte con absoluta dedicación. De hecho, a los tres años ya patinaba. Su infancia pedía a gritos que llegara el domingo para acudir a la Parroquial y animar al Tordera. Todo fue muy prematuro para el talento del Reus. Llegó a debutar con la primera plantilla con 15 años, de hecho su formación resultó asombrosa.

En casa de Marc y Anna, su pareja, se van sumando exponentes de esa pasión casi enfermiza. El pequeño Marc, de sólo dos años, juguetea con el stick y la pelota casi sin descanso. Ayer nació Gerard, de parto natural, en una clínica de postín en Barcelona. Gerard ya intuye hockey nada más asomarse a la vida. Su hermano se pasó horas de compañía en la habitación del hospital improvisando partidos de hockey al lado de Marc, que lógicamente no desconecta. Imposible hacerlo. En cuatro días debe afrontar otra batalla europea de dimensiones astrales. Todo un clasicazo de cuartos de final de Champions. Un Porto-Reus en casa de los Dragones. Ni más ni menos. Un partido franquicia.

Marc Torra se ha ejercitado este mismo mediodía sin apenas horas de sueño en su rostro. Gerard ha decidido incorporarse al mundo de madrugada, por lo que el delantero ha necesitado aplazar el descanso. Vale la pena el esfuerzo. No ha traicionado sus ocupaciones profesionales, aunque después del entrenamiento en el templo ha regresado al hospital para sentir el calor de los suyos. El nacimiento de Gerard llega en un instante de plenitud en Reus, donde la familia se ha adaptado con encanto.

El Reus viaja el jueves por carretera hacia la ciudad de Oporto, donde le espera un desafío mayúsculo. En el club luso dan por hecho que el Dragao Caixa va a presentar un shold out de los grandes días. La designación de dos árbitros franceses, los mismos que dirigieron la polémica final de Champions de 2016 entre el Benfica y el Oliveirense, ha generado cierta controversia. La experiencia que acumula Marc Torra, de esas estrellas con millones de cicatrices en su cuerpo, le aconseja saltar a la cancha sin olvidar ni dejarse en el hotel la esencia que ha enseñado el actual Reus, quizás el equipo más vertical de Europa. No existe ningún motivo para la especulación. Ni siquiera con el cruce de vuelta en el Palau d’Esports.

El virtuoso atacante viaja a Portugal con una inyección de entusiasmo añadida, el nacimiento de su segundo hijo, aunque el clásico ante el Porto invita a la motivación sin añadidos. Torra mantiene el hambre que le ha convertido en un elegido en el firmamento hockístico. Una noticia imperial para el Reus, que desea volver a su estado natural.

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