Más titanes que nunca

Una veintena de bikers tarraconenses toman parte en la exigente prueba del desierto. La mayoría afrontan la cita como un gran reto personal. Josep Betalú aspira a su tercera victoria consecutiva

28 abril 2018 17:10 | Actualizado a 29 abril 2018 20:47
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Sobre el papel la GAES Titan Desert by Garmin 2018 asusta. La ya de por sí durísima prueba de bicicleta de montaña, que arranca este domingo en territorio marroquí, es la edición que contará con más navegación en el desierto y con más pasos de dunas que nunca. Con un total de 619 kilómetros y más de 7.500 metros de desnivel positivo acumulados en seis etapas, la competición se inicia además con una primera jornada con el mayor desnivel positivo de la historia (2.651 metros). Un exigente inicio que pondrá a prueba a los 600 participantes, entre ellos una veintena de tarraconenses que afrontan un auténtico reto de superación personal magnetizados por poder pedalear en el desierto bajo un sol asfixiante.

En la Titan jamás habían competido tantos bikers provinciales, que tendrán como punta de lanza nada menos que al ampostino Josep Betalú, quien buscará su tercera victoria consecutiva. Llega en un gran estado de forma para conseguirlo y tendrá como gran rival a Diego Alejandro Tamayo (ganador 2015).

Otras caras conocidas de los nuestros son el reusense August Pascual, que afronta su novena edición y recibirá el Titan Legend ya que alcanzará los 5.000 kilómetros en esta prueba; Jordi Tardiu, de Maspujols, otro asiduo; Quique Moreno, de Mont-roig del Camp, que vuelve al desierto una vez solventado su problema cardíaco; o el alcalde de Botarell, Lluís Escoda, que debutará después de cubrir a última hora la baja de su hermano.

Completan la lista la pareja belga afincada en Montbrió del Camp formada por Geert Van Kerchhove y Veerle Cleiren (aspirante a las plazas de honor en féminas); Pere Olivé, también de Montbrió; Xavi Pascual (Riudoms); Santi Garcia (Mont-roig del Camp), los reusenses Vicenç Giménez y Josep Lozano;  Martí Sola, Carlos Serrano y Jesús Ladera (Tarragona); Javier de las Heras (Cambrils) y Joan Llop (l’Albiol). Hay otros cuatro bikers de La Selva de Camp y otro de Reus que prefieren mantener el anonimato.
 

Hidratación y llagas
August Pascual advierte a los debutantes, que son mayoría, que la prueba es un 50% física y un 50% mental, con sorpresas siempre inesperadas. Les recomienda «sobre todo que se hidraten continuamente, porque el calor es muy seco, parece que no tengas sed pero debes beber entre siete y ocho litros diarios; porque el cuerpo no te avisa». 

También advierte de «la máxima protección que necesita la zona de los glúteos. Pedaleas muchas horas sentado, pocas de pie, y se producen muchísimos abandonos por las llagas».

Acerca del recorrido en sí el reusense tiene claro que en esta edición -las etapas oscilan entorno a lo 100 kilómetros- «tocará conservar fuerzas en las dos primeras jornadas en el Valle de las Rosas, porque este año son muy duras y con mucho desnivel».

La primera jornada ya será una dura piedra de toque para los ciclistas. Una etapa en bucle, de más de 100 kilómetros con récord de desnivel positivo acumulado, que discurre por desfiladeros, cauces de ríos, grandes montañas y planicies.

La segunda (114 km.) atraviesa la cadena del Jbel Sahro y desciende hasta el valle cercano a Alnif por pistas pedregosas y cauces de ríos secos. Un recorrido que llevará a los participantes hasta el campamento donde deberán pasar la noche y afrontar la siguiente etapa, con lo lleven encima ese día y sin asistencia mecánica ni de fisioterapia.

Grandes planicies y pistas arenosas conformarán la tercera etapa (122 km.), mientras que la cuarta (95 km.) transcurrirá por caminos que combinarán la velocidad, las piedras y la arena. El final de la etapa dejará a los participantes al pie de Erg Chebbi, donde se dará paso a la etapa Garmin. Habrá que estar atentos porque puede hacer estragos en el pelotón.

El GPS
Un gran cruce de dunas, un largo rumbo y colinas y zonas escondidas serán los protagonistas de la quinta etapa (94 km.), en la que no habrá ningún tipo de señalización y los bikers deberán guiarse únicamente con su GPS y sentido de la orientación. Una jornada de máxima dificultad.

La sexta y última etapa tendrá menos distancia que en las jornadas anteriores (79 km.), pero no por ello va a perder en intensidad. Habrá un par de fuertes subidas, técnicas y con desnivel, el paso de un pequeño cordón de dunas e incluso una parte de navegación antes de la llegada a la meta de la prueba de MTB más dura del mundo.

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