La primera sesión del Nàstic del 2017 fue intensa y agotadora. Más de dos horas y media de entreno. Un palizón físico para inaugurar. El técnico Juan Merino quiere aprovechar cada minuto que queda hasta el domingo (a las 16.00 horas), día de su debut en el banquillo del Nou Estadi frente al Tenerife, para introducir su filosofía de juego en sus hombres. Al menos los primeros acordes de la sintonía que deberá sonar cada partido del Nàstic sobre el verde.
«Los primeros días son de trabajo táctico. Para coger las ideas del nuevo entrenador y acoplarnos cuanto antes a su idea de jugar», explica Manolo Reina, capitán del Nàstic. Resulta complicado olvidarse de los hábitos adquiridos con Vicente Moreno. Especialmente para los que, como el meta malagueño, los han seguido durante los últimos dos años y medio. Resetear el software e introducir la nueva metodología es una «fase que requiere tiempo», señala el arquero, y eso obliga a un trabajo intenso.
Si a ello se le añade la situación límite que vive el equipo deportivamente, colista y a seis puntos de la salvación, resulta fácil comprender la insistencia de Merino en detallar cada ejercicio práctico –parando el balón para corregir posiciones constantemente– a costa de alargar el entrenamiento.
El planning semanal incluye una doble sesión para mañana miércoles. El técnico granate quiere exprimir a la plantilla físicamente. Una tarea que cuenta como aliado con el exigente Jordi Abella, nuevo preparador físico del primer equipo. Es su forma de plasmar en el día a día lo que señaló en la rueda de prensa de su presentación como entrenador del Nàstic, cuando se refirió a la falta de humildad y de sacrificio de los jugadores. Merino quiere recuperar ese espíritu con entrenamientos largos y con una semana cargada de sesiones para poner a todos sus hombres «a tope con sus posibilidades, en peso, en preparación, en cuidarse», en palabras del propio técnico.
La plantilla ha captado el mensaje consciente, como afirma su capitán, Reina, que desde ahora y hasta final de liga «hay que jugar cada partido como si fuera el último».