La historia entre Natxo González (Vitoria, 1966) y Vítor Silva (Penafiel, 1964) es un libro de éxito. El fútbol les juntó un verano de 2014, en aquel mar de ilusiones en el que se inundó el Reus, con un proyecto deslumbrante por delante. Por aquel entonces, el club todavía navegaba en la cruel Segunda B y desafió a sus propios complejos para abandonar de una vez el fútbol modesto e instalarse en la profesionalidad. Invirtió dinero y recursos aquella planta noble que lideraba Oliver, el propietario que generó tanta euforia como decepción y tristeza. Abrió lo que parecía una mina de oro que él mismo ha terminado arruinando.
El fichaje de Vítor generó una sorpresa descomunal porque su currículum no entendía de campos diminutos y sintéticos y rivales de medio pelo. Se presentó en Reus tras cerrar una etapa en el Sporting de Lisboa e incluso haber saboreado la Champions. No tardó mucho Natxo en adivinar sus cualidades. Centrocampista ofensivo, con una deliciosa capacidad para combinar y un último pase definitivo. El técnico ni se inmutó ante la difícil adaptación de Vítor al fútbol modesto. Le esperó sin inmutarse hasta acomodarle como un jugador diferencial.
Vítor Silva se incorpora a los entrenamientos con el grupo https://t.co/scYyRZmW53 pic.twitter.com/dg43ENbCI5
— RC Deportivo (@RCDeportivo) 11 de marzo de 2019
Sólo los problemas físicos han impedido a Vítor convertirse en un futbolista hegemónico en la categoría de plata. Cuando ha andado sano, sus prestaciones han mejorado siempre el nivel del Reus. De ahí que Natxo, consciente de la oportunidad que le ha ofrecido el mercado, haya apostado por él de nuevo, en este tramo crucial del curso para el Deportivo de la Coruña, aspirante detectable al ascenso a Primera División.
Vítor andaba perdido en un año de pesadilla. El Reus no le inscribió para poder competir durante la primera vuelta debido a los problemas financieros que han acabado por hundir al club y a finales de año, Oliver no le pagó las nóminas que le debía y tuvo que salir del club sin poder despedirse de los hinchas en el campo. Un jugador jerárquico para el Reus se marchó de la forma más pobre, algo que define muy claro el momento que vive la entidad rojinegra.
Al no encontrar un destino que le motivase en el mercado invernal, Vítor pasó a ocupar plaza de agente libre y eso ha facilitado su incorporación al Deportivo. Natxo González convenció a Carmelo Del Pozo, el director deportivo, que ésta era la pieza que buscaba. Un enganche poderoso en el último pase. Después de semana y media de prueba, con entrenamientos a diario con el resto del grupo, el histórico Deportivo anunció su fichaje hasta final de temporada. Natxo rescata a su mago justo cuando se juega el pan del ascenso y en la semana que los dos deberían visitar el Estadi para enfrenarse contra el Reus. Eso ya es imposible.