'No duden en enviar a sus hijos al rugby'

Entrevista a Marcos Ayerza, exjugador de rugby profesional que ha estado de visita en Tarragona para impartir unas jornadas formativas

25 mayo 2017 08:29 | Actualizado a 26 mayo 2017 18:45
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Marcos Ayerza (Buenos Aires, 1983) dejó el rugby hace pocos meses por una lesión en la espalda. Llevaba una larga carrera tras once años como pilar del Leicester Tigers y tres mundiales con Argentina. De la mano del CR Tarragona, este fin de semana pasado impartió una jornada técnica en la ciudad.

- Bienvenido a Tarragona, es un lujo contar con usted en la ciudad.
- He tenido una buena carrera en el Leicester Tigers y también he tenido la suerte de representar a Argentina en tres mundiales. Una de las cosas más lindas es llevar los colores de la patria. Pero eso ya se acabó y ahora me centro en transmitir mi experiencia a otros.  

- Vistió la camiseta albiceleste en 65 ocasiones, pero pudieron haber sido más.
- En 2015 después del Mundial en Inglaterra, la federación decide que los jugadores que jugábamos fuera de Argentina no podíamos ir con la selección. Fue un jarro de agua fría, luego vino mi lesión y ya tuve que dejar el deporte.

- La retirada le ha llegado relativamente joven.
- Tengo 34 años y sobre los que jugamos de pilar se dice que nuestro mejor nivel llega a partir de los 30. Todavía tenía un año y medio de contrato con el Leicester, pero igualmente me considero un afortunado por haber estado once años en el club y otros cinco antes en el Newman argentino. Fue una carrera linda. 

Uno es consciente de la retirada pero cuando llega se produce una gran pausa

- Ha ganado 4 Premiership, dos Anglo-Welsh, ha disputado tres mundiales... ¿Con qué sequeda?
- Es complicado hacer un balance. Tengo muchos buenos recuerdos como el de mi debut como profesional, partidos con la selección, los éxitos, etc. Pero con lo que más me quedo son las personas que he conocido por el camino. Las vivencias y los sentimientos que compartí con mis compañeros de rugby son únicas. Más allá de los recuerdos, lo que queda son las personas.

- ¿Cómo ha gestionado emocionalmente la retirada?
- He puesto mucho esfuerzo y empeño en el rugby a lo largo de mi vida. Cuando decides hacer una carrera deportiva sabes que en algún momento se va a acabar. Uno cree ser consciente de ello, pero cuando llega el día se produce una gran  pausa. 

- ¿...?
- Pasar hoja es muy difícil porque dejas atrás muchas cosas como la camadería con tus compañeros, el cariño de los seguidores, entrenar, jugar, etc. Esa transición me costó mucho pero ya pasó. 

La batalla más linda es contra uno mismo, no contra el rival o el entrenador


- Háblenos de la jornada técnica que ha impartido en Tarragona.
- El rugby es un deporte muy apasionante a nivel formativo y en todos los niveles. Lo que hago es transmitir mi amor por un deporte que he amado desde pequeño. 

- Y muy recomendable.
- Siempre digo a los padres que no duden en enviar a sus hijos al rugby, porque se vive en un ambiente sano, se gana disciplina, se aprenden valores y se hacen amigos para toda la vida. La batalla más linda es contra uno mismo, para superarse en lo personal, no contra el contrario o el entrenador.  

- ¿Cómo se vive el rugby profesional desde dentro?
- Es lindo vivir de ello, pero también muy sacrificado. Están la lesiones, los viajes largos lejos de casa, la preparación, pero resulta muy gratificante. Sobre todo, te forma para vida en aspecto como la camadería o la toma de decisiones. 

- A usted le apodaban ‘Toro’.
- El nombre surgió de pequeño en mi camada de Newman cuando teníamos 12 o 13 años. Desde chicos siempre he sido el más grande fís y de ahí el nombre.

- ¿Tiene algo preparado para su futuro fuera del rugby?
- Durante mi etapa como deportista, estudié la carrera de Administración de Empresas. Me interesa mucho el ámbito de la exportación y la importación, y a ello también me dedico. 

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