No hay manera (Nàstic 2-2 Espanyol B)

El Nàstic es incapaz de ganar al Espanyol B repleto de juveniles. Remontó el gol de Moha pero no supo defenderlo

03 noviembre 2019 16:05 | Actualizado a 11 noviembre 2019 12:42
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El Nàstic de Bartolo se apaga. Toda la ilusión que generó su llegada, su apuesta por el juego alegre, la inversión en futbolistas de perfil alto para la categoría se ha ido disolviéndose en la negrura que, por lo que sea, lleva años instalada en el Nou Estadi. Mirar la clasificación y verse en posiciones de descenso a Tercera es inconcebible. En la categoría de bronce el Nàstic debe ser la cabeza del león y no la cola del ratón. Si el proyecto del ilerdense quiere sobrevivir en la dictadura del fútbol -el resultado por encima de todo- debe encontrar en algún sitio una llama capaz de amotinar una revolución que voltee el destino del equipo.

El empate frente al Espanyol B fue otra profunda decepción. Un filial plagado de ausencias disfrutó de las ‘bondades’ granas en  un primer tiempo preocupante. Ni Campuzano ni Víctor Gómez, ambos con el primer equipo, ni tampoco su referencia en ataque, Kevin Soni aparecieron por el Nou Estadi. Vinieron con hasta cinco juveniles en el once titular que fueron capaces de ganarles todos los duelos a futbolistas de 28 años y más de la mitad de ellos en Segunda B, como mínimo. Jóvenes pero no tontos que como tantos otros equipos antes que ellos supieron beneficiarse de las facilidades que concede el Nàstic.  A los jugadores granas se les veía superados, sin capacidad para reaccionar al gol del rival y con las miradas perdidas. Carentes de ideas. Agotados de asumir que el adversario siempre te hará daño aunque no tenga el día.

Desapareció Pedro Martín de la convocatoria por unas molestias físicas. Cuatro encuentros de baja lleva acumulados el delantero. Thomas Amang y Habran fueron los dos escogidos por Xavi Bartolo. El camerunés ofreció una cata de esas virtudes que se anunciaban pero que la afición quería ver con sus propios ojos. Recuperaciones, disputas y una clase magistral de cuerpeo y protección de balón le valieron para ganarse la gratitud de la hinchada. Pudo redondearlo con un gol. Le faltó velocidad en la ejecución cuando estaba mano a mano con el meta. 

No queda claro si Habran hubiera jugado de estar Pedro, pero sí que está por delante de Jonathan Pereira y eso es casi inexplicable. Que un futbolista tan sumamente egoísta pueda dejar a un exPrimera en el banquillo da que pensar. O físicamente no está bien el delantero gallego o alguien impone al galo. Habran necesita una pelota para él solo. No da una. Ni que tenga dos compañeros solos y ante sí un montón de piernas. Si es desesperante para los seguidores no hace falta imaginarse lo que les puede pasar por la cabeza a sus socios de equipo que ven como tampoco colabora en tareas defensivas. Su titularidad por rendimiento es inexplicable.

Tampoco podría argumentarse que sigan la pareja de centrales Juan-Perone. El Espanyol B les sacó los colores. Melamed y Moha le dieron un poco de velocidad al balón y quedaron como figuras de pesebre. Clavadas en el eje de la zaga mientras el marroquí anotaba el primero. Para lo que han ofrecido hasta el momento Pol Domingo y Roger Figueras merecen al menos una oportunidad.

El gol culminó un primer tiempo que ya advertía malas vibraciones. El equipo andaba a tirones. Se asociaba poco o nada y con demasiada lentitud. Cuando generaba algo de peligro aparecía Habran para malversarlo. El descanso llegó con la parsimonia con la que varios futbolistas asumen un nuevo tropiezo.

Cuando algunos esconden la cabeza aparecen los que de verdad se aprecian al club. Corren los que quieren correr. Y pocos corren más que Brugui. El gerundense siempre suma. Desde la banda y más aún cuando le dan permiso para meterse por el centro. Puso dos marchas más al equipo. Primero con una buena acción que no supo finalizar. Se resarció a los dos minutos. Cargó el fusil y soltó un misil imparable que dio aire al Nàstic.

El conjunto de Bartolo cambió de cara. Empezó a apretar las tuercas y en una jugada de estrategia lograba remontar el duelo a través de Perone. Había hecho lo más difícil, pero el central brasileño demostró que igual te anota un gol como que le regala una falta al rival en el balcón del área. Moha la puso inalcanzable para Bernabé. 120 segundos aguantó el Nàstic con el marcador a favor. Un gol que frenó la velocidad tarraconense.

De nuevo la incomodidad de tener el balón. La posesión ha dejado de ser una máxima para ser una incomodidad. El Nàstic necesitaba otro generador de emociones. Apareció Sergio Montero para medir la profundidad del Espanyol. Tuvo el gol pero topó con la defensa. El empate fue inamovible como la depresión grana, cada vez más profunda.

FICHA TÉCNICA:

Nàstic. Bernabé, Pol Valentín, Juan Rodríguez, Perone, Bonilla, Petcoff, Goldar, Brugui, Pol Ballesteros (Montero, min. 79), Habran (Pla, min. 70) y Thomas Amang (Pereira, min. 52).

RCD Espanyol B. Adrián López, Soria, Dami (Ivan Gil, min. 75), Moha (Manchón, min. 87), Jutgla, Roman, Pau Martínez (Jofre, min. 80), Ricard Pujol, Pol Lozano, Nico Melamed y Alejandro Pérez.

Goles. 0-1, Moha (min. 38); 1-1, Brugui (min. 53); 2-1, Perone (min. 58); 2-2, Moha (min. 60).

Árbitro. Jorge Tarraga (C. Valenciano).

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