Oliver denuncia un plan estatal para acabar con los clubes de fútbol catalanes

Competición abrió un expediente disciplinario al CF Reus por desplegar una ‘senyera’ en el Estadi el 23 de septiembre

20 octubre 2017 20:00 | Actualizado a 20 octubre 2017 20:08
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El pasado 23 de septiembre, el CF Reus recibía la visita del Osasuna. Hacía pocos días que la Guardia Civil había detenido a 17 altos cargos de la Generalitat y de que más de 600 alcaldes, entre ellos, el de Reus, Carles Pellicer, fueran citados a declarar. En este contexto, el club rojinegro, junto con la delegación en el Baix Camp de la Assamblea Nacional Catalana (ANC), decidió desplegar en la grada del Estadi Municipal una enorme senyera de 85 metros de largo y 12 de ancho. Varios aficionados reusenses se animaron a entonar gritos de «Independencia». Sin más. El encuentro transcurrió con total normalidad. El marcador final fue de 0-0. El acta del partido no recogió ninguna anomalía. Tampoco el informe del director de partido de LaLiga, ni de los Mossos d’Esquadra. 

El encuentro estaba olvidado hasta el martes pasado cuando el club recibió una notificación para informar de la apertura de un expediente disciplinario extraordinario por parte del Comité de Competición. Según el organismo perteneciente a la Federación Española de Fútbol (RFEF) la bandera y los gritos podía incurrir en una conducta «de violencia, racismo, xenofobia e intolerancia». 

En las oficinas del Reus la perplejidad dio paso a la indignación. «Pocas veces he estado tan cabreado, pero es que no hay derecho. Que la senyera, la bandera de nuestra casa, pueda generar violencia y xenofobia, ¿en qué país vivimos? No hay derecho». 

La presencia de banderas es habitual en muchos estadios del campeonato. El 10 de octubre el CF Reus visitó el campo del Huesca y fue recibido por una «enorme bandera española. No pasa nada. Hay libertad», comentó Llastarri.

De la dureza se encargó Joan Oliver, máximo accionista de la SAD rojinegra. No se calló nada ante lo que considera un ataque frontal no únicamente contra el Reus, sino contra todo el fútbol catalán, comenzando por los cinco que forman parte de la liga profesional. Para el dirigente el expediente es una agresión enmarcada en la «situación que vive Catalunya» y «a un plan premeditado de las altas instancias españolas y del Gobierno central para destruir el fútbol catalán». 

Oliver incluso desveló la amenaza de Javier Tebas, presidente de LaLiga, en la última Asamblea de la patronal, a principios de octubre. En ella, según el máximo accionista del CF Reus, Tebas aseguró que si Catalunya declara la independencia echaría a los clubes catalanes de la competición. Una circunstancia que Olive explicó «no puede hacer ni este año, ni tampoco el que viene».

El dirigente detalló que para ello debe tener la aprobación de la asamblea y cambiar la ley del deporte, ya que mientras la Federació Catalana siga vinculada a la Federación Española los clubes catalanes seguirían dentro de las competiciones españolas.

Pese a ello, no descarta que puedan llevarlo a cabo porque «en Catalunya se está generalizando un tipo de actuación en el que vale todo, incluso saltarse su propia ley, para defender la unidad de España». 

Sobre el expediente Joan Oliver denunció que el «procedimiento para abrirlo es irregular». El informe sobre el que se basa es del delegado arbitral, la persona encargada de puntuar la labor de los colegiados del encuentro, que en esta ocasión incluyó la exhibición de la senyera y los gritos de independencia a pesar de que «no tiene competencia para ello», dijo Oliver. 

El accionista se preguntaba en base a qué fundamentos se sustenta una denuncia «que va contra los derechos más elementales y es inquisitorial». De ahí que la entidad rojinegra haya contestado al comité preguntando sobre qué infracción han cometido. 
Comité de Competición
Oliver señaló como responsable del expediente a Francisco Rubio, presidente del Comité de Competición, que hace unos días publicó una carta defendiéndose de lo que considera un acoso por parte de los medios de comunicación catalanes. 

Pere Mellado, consejero y abogado del club, detalló que en un máximo de 10 días se sabrá si el expediente queda archivado o conlleva una sanción que podría llegar hasta los 60.000 euros. Cantidad que en «ningún caso pagaremos», dijo Oliver. 

En el CF Reus no hay miedo. Ni a los árbitros, ni a los recibimientos que puedan tener en los estadios de la liga. Respecto a los colegiados, Oliver afirmó que «nunca he visto actuaciones arbitrales deliberadas y no tengo la impresión de que el colectivo arbitral pueda hacerlo». Mientras que en cuanto al recibimiento, el accionista contestó que «la etiqueta ya la llevamos por ser catalanes».

Archiven o no el expediente, Oliver anunció que llevarán a cabo iniciativas en LaLiga y en la federación para intentar que las personas que han dirigido el expediente no vuelvan a hacerlo. «Estad alerta. Pasarán cosas gordas», finalizó Oliver.

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