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La situación actual del CF Reus roza el esperpento. Mientras los siete jugadores (Olmo, Querol, Vítor, Fran, Badia, Shaq y Mikel) que se han acogido al proceso abreviado de la Asociación de Futbolistas (AFE) tenían claro durante el día de ayer que el plazo para cobrar o quedar libres expiraba a las 00.00 horas, incluso informados por la misma AFE, el propietario del CF Reus, Joan Oliver, mantiene que el tope para realizar las transferencias bancarias vence esta mañana, a las 9.30 horas, justo antes de la reunión paritaria ante representantes de la AFE y de LaLiga.
El contacto entre futbolistas y propietario es ahora mismo nulo. Ninguna de las dos partes han hablado durante la última semana. Es más, la información que llegaba al club durante todo el día de ayer por parte de Oliver fue cero, por no decir algo peor. Nadie sabía a ciencia cierta qué estaba ocurriendo y si se iban a activar las transferencias o no.
Según ha podido saber el Diari, Joan Oliver mantiene en círculos cercanos que va a pagar, no sólo a los siete futbolistas implicados, sino también a cuerpo técnico de la primera plantilla, entrenadores y coordinares del fútbol base, filial y empleados del club. Al cierre de esta edición, ninguno de esos casos había percibido el ingreso de ese dinero en sus respectivas cuentas.
La oscuridad en las últimas operaciones que ha llevado a cabo Oliver y, sobre todo, la pérdida total de credibilidad con la plantilla y el entorno, provocan muchas sospechas con respecto al pacto. Pocos confían en que esta mañana aparezca el dinero que ayer no había o, por lo menos, no apareció por ningún lado. El sentir de los futbolistas implicados en esta historia es, ahora mismo, de desconcierto total.
Cero transparencia
La gestión de Joan Oliver y su grupo financiero, en el que se encuentran el expresidente del FC Barcelona, Joan Laporta, y el exdirectivo azulgrana, Rafa Yuste, ha carecido de la más mínima transparencia. Se ha llegado al punto de que todas las operaciones se realizan desde la sede del grupo en Barcelona. Ayer ninguno de los tres miembros de Consejo de Administración, el mismo Oliver, Jano Centelles y Pere Mellado, se personó en el club para ofrecer ninguna explicación sobre los pasos que se estaban llevando a cabo. El Estadi parecía un desierto a última hora de la tarde. Y los jugadores, de vacaciones, pendientes de su futuro.
La vieja guardia
No hay que olvidar que entre los siete denunciantes se encuentran cuatro de los futbolistas que lograron el ascenso a Segunda A en 2016, Fran, Vítor, Edgar Badia y Olmo, además de David Querol, reusense y canterano. Probablemente estamos hablando de los cinco casos con más arraigo y cariño hacia el club. Perderlos significaría perder identidad y compromiso. Esos cinco futbolistas evitaron el proceso¡ abreviado en el primer turno de denuncias que se produjo hace tres semanas.
El Reus sigue inmerso en una pesadilla que parece no tener final y que esta misma mañana puede confirmarse en desastre si el propietario no paga lo que debe a los futbolistas, además de al resto de personal de un club que sobrevive gracias a su excelente capital humano.
