Paso atrás a la esperanza del Nàstic de salvar la categoría

El Nàstic no pudo romper su mal fario en Oviedo y pierde 2-0. La apuesta defensiva no salió bien y en ataque los palos y Champagne pusieron freno

17 marzo 2019 13:11 | Actualizado a 18 marzo 2019 16:37
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

El Carlos Tartiere es un campo molesto para el Nàstic. En sus últimas cinco visitas ha sido incapaz de sumar siquiera un único punto. Solo derrotas. Tampoco esta vez pudo cambiar ese balance. Dos goles en la segunda mitad sirvieron para que el Oviedo se llevara los tres puntos y buena parte de la energía positiva que había generado el Nàstic en las últimas jornadas. Esa esperanza en poder recortar diferencias con la salvación también en estadios como el Tartiere se esfumó con cada gol carbayón, cada parada de Champagne y los dos palos que dejaron sin gol al cuadro local.

Enrique Martín ha aceptado que la plantilla resultante de la revolución del mercado invernal le pide un 5-3-2. Un dibujo por el que siempre ha abogado pero que en Tarragona ha abandonado en diferentes fases dentro de esa búsqueda de cambios que sacudiera al equipo. La mejor etapa de juego y resultados ha llegado en cuanto estableció de manera constante ese esquema. En Oviedo partió con los mismos protagonistas con el único cambio obligado de Cotán por Thioune. Una permuta de piezas para mantener la estructura al máximo.

La primera mitad fue un ejercicio defensivo de principio a fin. El Oviedo hizo suya la posesión con porcentajes que rondaron el 75%. La apuesta del técnico navarro era de confianza en su defensa y paciencia en el ataque. Algunos dirán que en estas alturas no se lo puede permitir, pero hay muchos caminos hacia la victoria. Evidentemente el que escogió el navarro fue equivocado, pero nada hace afirmar que otro hubiera sido acertado.

El equipo de Enrique Martín puso en práctica todos los entrenamientos de basculación que durante la semana practicó en Tarragona. La línea de cinco y las ayudas de los centrocampistas para asegurar el balance de lado a lado. Solo los errores puntuales de Fali, con un control largo, y Abraham abrían pequeñas grietas en el muro tarraconense. Uno de esos resquicios permitió a Viti Rozada conectar en el segundo palo un centro que Bernabé, en una acción muy parecida a la del gol que encajó en Pamplona, pudo despejar bajo palos.

 Los granas trataban de echarse para arriba para no acabar encerrado en su campo. Lo hacían a través de Luis Suárez y Kanté. Ambos trataban de correr hacia adelante a la mínima oportunidad. Sus compañeros los buscaban con pases largos al espacio cada vez qe tenía ocasión de hascerlo. Era una premisa premeditada. La actitud brava del Oviedo dejaba más desguarnecida su zona trasera que los puntas tarraconenses querían aprovechar. Pero hacía falta paciencia. Esperar en el oficio de la defensa hasta que llegara su momento. Que se asomó en los últimos minutos del primer acto. Cargó el rifle Luis Suárez y su zapatazo se marchó por centímetros, desviado ligeramente por un defensor.

El saque de esquina que le siguió anduvo cerca de convertirse en el 0-1. Esas jugadas que tan poco provecho está sacando el Nàstic. Fali se alzó por encima de su pareja de baile y cabeceó con potencia. Champagne, en una magnífica intervención pudo mandar por encima del travesaño. Nada cambió tras el paso por el vestuario.

El error defensivo, o acierto carbayón, se produjo por insistencia a los pocos minutos de la reanudación. Joselu quedó emparejado circunstancialmente con Noguera al que superó en el salto. Bernabé nada pudo hacer ante un remate tan certero y cercano.

Movió hilos Enrique Martín. Era su obligación. Para el Nàstic todo son finales a vida y muerte. Sacrificó a Cotán para poblar el ataque con la entrada al campo de Sadik. La lucha del macedonio generó una llegada de Kanté que disparó desviado.

Abierto el Nàstic, el Oviedo encontró los caminos a la portería grana más fácilmente. Los granas ya no acertaban a cerrar las transiciones con tanta eficiencia. En esa verticalidad sufrieron los visitantes que pudieron encajar el segundo en un contragolpe que Joselu culminó con un tiro alejado. Los papeles se intercambiaron. El Nàstic apretaba y el Oviedo se defendía con uñas, dientes y mucha fortuna. La que despejó dos remates casi consecutivos. Primero a tiro de Imanol, que Champagne tocó con la punta de los dedos, y después en un remate de Noguera que escupió el travesaño.

Ahí acabaron todas las aspiraciones del Nàstic de sacar un resultado positivo. En una jugada a balón parado Bolaño marcó el 2-0 definitivo.

Un paso atrás para un equipo que quería recortar distancia con la permanencia jornada a jornada y que en esta, la 30ª, ha visto cómo esa diferencia se ensancha hasta los ocho puntos.

2- REAL OVIEDO. Champagne, Alanis, Carlos Hernández, R. Folch, Saúl Berjón (Javi, 84’), Bárcenas, Bolaño, Joselu, Mossa, Javi Muñoz y Viti Rozada (Johannesson, 56’).

0- NÀSTIC. Bernabé, Fali, Kanté (Uche, 83’), Pipa, Imanol, Mikel, Cotán (Sadik, 60’), Noguera, Abraham (Brugui, 86’), Luis Suárez y Viti.

Goles. 1-0, Joselu (53’); 2-0, Bolaño (79’).

Árbitro. Pizarro Gómez (C. Madrileño). Amonestó a Viti Rozada, Mikel, Fali.

Comentarios
Multimedia Diari