Pere Bosquet: 'Los drones controlaban si la gente cumplía las normas'

Fútbol. Pere Bosquet ejerce desde hace un año de director técnico de la Barça Academy en la ciudad china de Haikou y ha vivido la crisis del coronavirus

02 mayo 2020 16:38 | Actualizado a 03 mayo 2020 11:01
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En marzo de 2019, Pere Bosquet (Corbera d’Ebre, 1994) inauguró una nueva aventura alejado de su zona de confort. Aceptó el reto que le planteó el FC Barcelona en forma de plaza dentro de sus proyectos internacionales. Aterrizó en Haikou, una ciudad de 2 millones de habitantes situada en la isla de Hainan, en China. Allí el Barça había implantado una nueva escuela, en la que Pere ejerce como director técnico. Se encarga de implantar la metodología de trabajo deportiva sobre el césped y forma a los técnicos. Unos 260 niños y niñas conforman la escuela azulgrana en China.

El ebrense vivió en primera persona, los días iniciales del impacto de la pandemia en China. Eso sí, el Barça le facilitó el regreso a casa el 27 de enero, para que pudiera estar cerca de la familia durante el estado de confinamiento. En el país asiático, Pere notó la distancia colectiva que existe entre las dos sociedades. «Creo que el compromiso allí es mucho mayor que aquí con respecto a las medidas que adopta el gobierno». Algunas de esas medidas sorprendieron al técnico. Por ejemplo, en China no funcionaban los supermercados y sí los restaurantes, que se encargaban de llevar la comida a los domicilios. «Los transportistas acercaban la comida a cada bloque y sólo un miembro de cada familia podía bajar a recogerla. La organización de los chinos es ejemplar en este tipo de circunstancias».

Bosquet también relata otras medidas estrictas para controlar la perfecta corrección de la cuarentena. «Había drones que controlaban a la gente. Se llegaron a precintar puertas y a poner incluso cámaras». El uso de las mascarillas ya se trata de una rutina casi en los países asiáticos. “Antes del coronavirus ya veías gente por la calle con mascarilla, sobre todo por la contaminación del transporte”. 

El entrenador azulgrana se ha adaptado a la perfección a un estilo de vida distinto. «Cuando me desplacé ya fui con la mente de abierta. Sabía que el salto cultural iba a ser grande». En Haikou se encontró con el arropo de Sergi y Pau, encargados de la parte logística y de gestión de la escuela. «Me ayudaron mucho al inicio». En China ha vivido situaciones simpáticas como ir a un restaurante y pensar que había pedido un bistec pero comerse unos gusanos. «La foto de la carta no era lo que parecía». La dificultad del idioma no se ha convertido en un problema mayúsculo para él. 

Pere Bosquet todavía no dispone de una fecha de regreso a Haikou, ante China, poco a poco, va recuperando la normalidad, el gobierno siguen manteniendo las fronteras cerradas. «Estamos un poco a la espera», reflexiona desde su Corbera d’Ebre, donde se hospeda arropado por los suyos. «Estoy aprovechando para pasar tiempo con la familia, que durante la temporada les puedo ver poco». En todo caso sabe que en China le siguen esperando con los brazos abiertos.

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