En Valencia el Nàstic recogió otro empate. Y ya van cuatro. La mitad de los partidos que ha disputado. Esta vez consiguió ponerse por delante. Era la tercera vez que lo conseguía en el curso. Contra el Llagostera acabó perdiendo, ante el Ebro venció y el sábado pasado no pasó de las tablas. El equipo salió reforzado en algunos aspectos, pero lo que pide la situación son victorias y hasta que no lleguen la botella se verá medio vacía.
Centrales reforzados
Del medio del campo hacia atrás el Nàstic cuajó un partido notable. Concedió ocasiones, imposible no hacerlo en 90 minutos, y volvió a encajar un gol evitable, pero la realidad es que pese a todo eso, la línea defensiva transmitió más seguridad. La pareja de centrales dio muestras de ir cogiendo el pulso a la competición. Juan Rodríguez, que marcó el gol, exhibió esas virtudes y cualidades que se le presuponían a un defensa de su categoría. Evidenciando que es cuestión de ir cogiendo seguridad en sí mismo para transferirla al resto de la zaga. Hasta Perone se mostró más decidido con el balón en los pies. Sus entregas fueron más fiables. También el medio del campo estableció una trinchera de pico y pala. Goldar se encargó de la zona intermedia, mientras que Petcoff subía la línea de presión para recuperar en campo propio rival.
Fases dominados
Tras el 0-1 de Juan Rodríguez el Nàstic, por voluntad propia o por empuje del Valencia Mestalla, se fue para atrás y acabó sometido a los designios del filial valencianista. En demasiadas ocasiones ha sucedido a lo largo del curso que el equipo quede a expensas del rival. Incapaz de recuperar el control y siempre a la espera de un respiro para sacar la cabeza de la cueva. Se deben encontrar mecanismos para superar esas fases de depresión.
Estrategia
Es un recurso inestimable. El equipo está sabiendo sacar crédito a las acciones a balón parado. El cuerpo técnico trabaja ese tipo de acciones para conseguir aprovechar sus puntales en el juego aéreo y al tiempo sorprender al rival con movimientos inesperados. Como el de Brugui en el gol del Nàstic o la triangulación rápida que bordaron nada más entrar en el terreno de juego y que a punto estuvo de ser gol. La cifra de tantos en jugadas de estrategia sigue aumentando. Cuatro (uno de penalti) de los nueve anotados han llegado a balón parado. El laboratorio no puede parar.
Malas decisiones
El egoísmo de Habran es desquiciante. Todo lo que logra con sus filigranas se desvanece en el último toque. En lugar de levantar la vista para analizar la situación y escoger la mejor opción, decide siempre finalizarla con un disparo a portería. Aunque el arco esté lejísimos o esté en una mala posición de golpeo. Pero no solo el galo falló en los metros finales. Acciones como las de Giner en el 80 no pueden perdonarse. En la finalización está la justicia del fútbol.
Inicio esperanzador
Se le echaba en cara al equipo que entraba a los partidos desconectado. Que le costaba posicionarse sobre el terreno de juego y cuando lo conseguía ya había encajado un gol. En el estadi Antonio Puchades de la Ciudad Deportiva del Valencia el conjunto de Bartolo salió decidido. Con intensidad y apretando las tuercas del filial valencianista. Marcaron el 0-1 y pudo llegar el 0-2 en una jugada personal de Romain Habran. Hubiera decidido el partido. Lástima que ese empuje se desvaneciera a la media hora de juego y que las tornas cambiaran para enfado del cuerpo técnico.
Lesiones
Pedro Martín fue el último en caer de una larga lista de futbolistas que se han perdido partidos por problemas físicos. Mientras se espera que Pol Prats y Javi Márquez puedan recuperarse de unas molestias que en el caso del capitán duran desde el inicio del campeonato, Xavi Bartolo está a la espera de ver qué sucede con su jugador de referencia. Un futbolista diferencial que se mordía las uñas en la tribuna de prensa en la segunda parte viendo cómo su equipo generaba poco, y cuando lo hacía faltaba ese asesino del área que rematara las buenas acciones de Brugui o de Pol Valentín. Hay que recuperar a todos los efectivos cuanto antes para afrontar la delicada situación.