Prohibido relajarse

El Nàstic está a dos partidos de regresar a Segunda, antes deberá afrontar tres partidos intrascendentes sin perder de vista la eliminatoria directa

19 mayo 2017 22:58 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:25
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Victoria 2-0 ante el Racing Ferrol en el Nou Estadi. Empate sin goles en A Malata con un mínimo conato de remontada. Tablas en casa frente a un rocoso Sestao (1-1) que se deshizo en el estadio de Las Llanzas cuando Querol hizo el 1-2. Dos eliminatorias duras, que esta temporada se ha ahorrado el Nàstic con la consecución del campeonato del grupo 3. Los granas están en el mismo punto que antes de arrancar el duelo definitivo y de ingrato recuerdo para los granas ante el Llagostera. Con 180 minutos por delante para ganarse el derecho de recuperar el lugar perdido hace tres largos años entre la clase noble del fútbol español.

Se ha llegado pronto a esta situación. Un mes antes de que el árbitro pite el inicio del partido de ida. Otro éxito del Nàstic de los récords que comanda Vicente Moreno que gozará de una posición privilegiada. Ni siquiera cuando Jordi Gonzalvo llevó a su Nàstic al triunfo en el campeonato liguero (1996-97) se tuvo tan cerca el ascenso. En aquella época la promoción era en formato de liguilla y el campeón del grupo apenas gozaba de privilegios. En el sistema actual, el derecho de disputar una eliminatoria a cara o cruz para ascender, premia el esfuerzo del campeón de cada grupo.

Antes de esos dos partidos a cara o cruz, los de Vicente Moreno deberán afrontar tres encuentros intrascendentes. Que parecen molestar. Que sobran. Ni Olímpic de Xàtiva, ni Elche Ilicitano ni Villarreal B, los tres rivales que le quedan al Nàstic en esta temporada, tendrán nada en juego. A lo sumo el filial alicantino, que podría tener opciones de pelear por la promoción de descenso. Aunque sus posibilidades son limitadas, con casi los dos pies en Tercera división.

Serán tres duelos que exigirán una gestión a dos bandas. Por una parte, dar descanso a jugadores que acumulan muchos minutos en sus piernas y, al mismo tiempo, impedir que nadie pierta ni un atisbo de competitividad. Tiempo para que futbolistas con papeles irrelevantes hasta ahora asuman un papel portagonista y reclamen su cuota en pantalla durante los últimos partidos. Jesús Rubio o Adri Cuevas sirven de ejemplo. Su presencia el curso pasado en el equipo era a cuantagotas, pero al llegar al play-off se convirtieron en fijos. Cuevas fue titular en los seis partidos de promoción. Rubio únicamente en el último duelo en Llagostera se quedó en el banco de inicio y saltó en la prórroga.

«Los jugadores son muy responsables y nadie se relajará», aseguraba Vicente Moreno . Parece difícil que con la energía que transmiten Adolfo Baines, segundo entrenador, y Raúl López, preparador físico, algún miembro de la plantilla pueda dejarse ir. Porque además, levantar el pie del acelerador a estas alturas de la temporada podría suponer perder el puesto en el once o incluso en la lista de convocados. La misma gestión que Moreno ya ha demostrado llevarla con garantías de éxito, pero que ahora adquiere relevancia. Solo hay un deseo, evitar lesiones.

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