Puertas cerradas

Un punto. Un solo punto fue lo que separó al CE Olímpic Móra d’Ebre del ascenso a Segunda Catalana la pasada temporada. La pandemia obligó a concluir las competiciones prematuramente y los ascensos y descensos se adjudicaron en función de la posición de cada equipo en la tabla, y el Olímpic, que con 50 puntos habría jugado la promoción frente al Aldeana, que sumaba 51, se quedó a las puertas de la meta con las manos vacías. El objetivo de subir de categoría, otra vez, tendría que esperar. Quedaría la espinita de haber quedado tan cerca, de contar con dos jugadores entre los cinco máximos goleadores de la tabla, que juntos sumaban 58 dianas, y de no haber podido disputar un playoff que, quizás, hubiera decantado la balanza a su favor.

Este verano fue fructífero para los ebrenses, que se prepararon de nuevo para afrontar el reto de ascender y apostaron por aportar solidez a un equipo ya muy competente. Jordi Pedrola, secretario de la entidad por quinto año consecutivo, explica que la decepción del final de la campaña pasada no apartó al Olímpic de su sueño: «En su momento la situación sanitaria no nos permitía jugar, por lo que ya comenzamos a pensar en la siguiente temporada», explica Pedrola. «Intentamos mejorar un poco más todavía el equipo, y al grupo que ya teníamos decidimos incorporar a tres jugadores para reforzar nuestras posibilidades. Al final, hemos puesto todos nuestros esfuerzos en todos los sentidos para luchar por este ascenso».

Más preparados si cabe que el año anterior, el CE Olímpic Móra d’Ebre volvía a arrancar una temporada en Tercera Catalana con todos los números para luchar en la parte más alta de la clasificación. Sin embargo, la pandemia no descansa y tampoco perdona, y después de dos jornadas, la actual competición tuvo que decir adiós de manera indefinida.

De las dos jornadas que se pudieron disputar, los ebrenses pudieron participar solamente en una, porque su jornada de descanso coincidió justamente con la última que llegó a jugarse antes del parón. Y el único partido que pudo jugar fue una victoria, sufrida y a domicilio, frente a un duro rival como el CD La Cava. Las sensaciones tras este choque fueron buenas, y parecía que el combinado estaba en plena forma para competir por el ansiado liderato. Y de nuevo, la miel en los labios y las puertas cerradas.

Distinta situación
La situación actual es otra, mucho más cercana al abatimiento que al hambre de triunfos, y no precisamente porque el equipo no esté preparado para conseguirlos. Para Jordi Pedrola, así como para tantos otros responsables del fútbol amateur de nuestro territorio, todo indica a que la temporada en la que nos encontramos no llegará a reanudarse. El partido lo ha ganado el Covid-19 y la revancha, si llega, lo hará con la llegada de la 2021-2022, si es que para entonces la emergencia sanitaria nos ha devuelto la vida normal que conocíamos: «Creo que no se tardará mucho en anunciar que esta campaña no puede retomarse y que finalmente se declara nula», explica el secretario del CE Olímpic Móra d’Ebre. «Es lo que hace pensar la situación en la que estamos ahora, y lo único que parece que tendría sentido. De todas formas, como club no empezaremos a tener la cabeza puesta en el próximo año hasta que la Federació haga un comunicado oficial».

Queda esperar. Probablemente esta espera no sea más que una demora de lo inevitable: conocer que, finalmente, retomar la competición es un riesgo que ahora mismo no resulta asumible. Si así fuera, el Olímpic no hará otra cosa que posponer, por enésima vez, su objetivo de aprovechar la calidad de su equipo para buscar un sitio en la clasificación de Segunda Catalana.