Recaída grana en Buñol (Levante B 1-0 Nàstic)

El Nàstic encajó la segunda derrota consecutiva con Seligrat ante un At. Levante que bailó al equipo en el primer tiempo

16 diciembre 2019 09:55 | Actualizado a 17 diciembre 2019 08:16
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Hay que irse haciendo a la idea de que esta temporada es de supervivencia. Un curso entero para volverse a hacer una idea de lo alejado que queda el fútbol profesional cuando desciendes a Segunda B. En la categoría de bronce no vale andarse con dudas, porque te matan. Los rivales te hunden sin miramientos. Sean filiales, equipos hechos a la división de bronce o una mezcla de ambos como es el Atlético Levante. Un rival, como lo fue el Villarreal B o el Badalona, que se lamió las heridas a costa del conjunto tarraconense. Tres derrotas acumulaban los granotas. Hasta que llegó el Nàstic y salió escaldado de Buñol.
El filial levantinista mareó al equipo tarraconense a lo largo de todo el primer tiempo. Un baile con pasos trazados a base de verticalidad, centros y paredes eléctricas que sometieron al Nàstic. El 1-0 fue un reflejo ínfimo de la superioridad valenciana. Seligrat trató de azuzar a sus hombres. Les llevó hacia arriba con un movimiento táctico, hacia el 4-3-3, que equilibró el juego y ofreció mayor presencia ofensiva grana. Insuficiente para igualar el tanto de Pablo Martínez. El portero local desbarató las dos mejores ocasiones visitantes.

El Nàstic se presentó en Buñol con un hombre menos de lo habitual. Toni Seligrat se quedó con solo seis futbolistas en el banquillo en lugar de los siete reglamentarios. La baja de Viti por indisposición, según especificó el club, dejó al técnico con menos opciones en caso de necesidad.

El partido se jugó a un ritmo alto. Propiciado por unas dimensiones extrañas para un filial. Acostumbrados a campos amplios, el terreno de Buñol resulta tremendamente corto. Abierto a convertir los duelos que acoge en correcalles, al tiempo que empuja a los futbolistas, los locales y visitantes, a un fútbol directo y atrevido.

El primer asalto se lo llevó el filial del Levante con claridad. Logró empujar al Nàstic hasta encerrarlo en su propio campo. El cuadro granota bailaba a los futbolistas tarraconenses que gastaron todo el primer tiempo en defenderse de las amenazas valencianas. Sobre todo por los costados. Los centrales grana tuviero que trabajar para achicar agua y proteger el arco de Bernabé a toda costa. Aún así el guardameta sevillano tuvo que intervenir en un golpeo lejano de Ferni que se complicó en media trayectoria. 

Pedro volvía al equipo para erigirse como la referencia que le faltó al Nàstic ante el Villarreal B. Hacia el malagueño iban todos los envíos en largo pero no consiguió imponerse a dos centrales de entidad. Especialmente Gonzalo Pereira, convocado con el primer equipo que pudo jugar con el filial porque no entró al campo.

El director de partido fue Pablo Martínez. El centrocampista granota fue el encargado de comandar al Atlético Levante y, por ende, el encuentro. Partía desde la misma línea defensiva local, como un tercer central, para ir tirando combinaciones hasta llegar a Bernabé. Sus compañeros ejecutaban sus órdenes con precisión encontrando los pasillos entre las líneas granas. Fue el centrocampista el que cogió la espalda de Juan y Perone para poner el 1-0 con un cabezazo impecable. Un marcador justo que alumbraba el campo principal de la Ciutat Esportiva del Levante en Buñol al descanso pese al travesaño involuntario de Pol Valentín. 

A la vuelta al terreno de juego el Nàstic, obligado, puso una marcha más. Pero con el ímpetu solo no le daba tampoco para poner en apuros al portero granota. Los azulgranas seguían ofreciendo comodidad sobre el césped como para llegar con peligro al área visitante. Sin tanta elaboración como la primera mitad, el paso hacia adelante de los tarraconenses le concedía más espacio para correr. Ferni llevaba de cabeza a Valentín que se la jugó en una acción que pudo soponer penalti y la segunda amarilla. 

Seligrat movió los engranajes para meter un cambio de dibujo. Con Lolo Plá por Pereira el Nàstic ganó presencia en el medio del campo y equilibró el juego terrestre. Hubo mayor presencia grana pero sin conseguir dar sensación de que podía igualar el choque. 

El tiempo corría en contra del Nàstic pero al que más le pesaba era al Atlético Levante cada vez más atrasado. Los granota se refugiaron en su portero. Cárdenas protegió el botín con dos intervenciones milagrosas. La primera a un tiro potente de Brugui. Más difícil fue sacar el remate de Juan Rodríguez. El testarazo parecía imparable, pero el meta alargó el guante para despejarlo a córner. 

Gerard Oliva entró al verde después de dos meses recuperándose. Su salida dio aire al ataque. Ganó más balones que Pedro en todo el partido. No fue suficiente para rescatar un punto y de una recaída que le coloca en zona de play-out de descenso.

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