Robert Simón: 'El Nàstic es la oportunidad de mi carrera'

El extremo de Badalona no oculta su felicidad en Tarragona. En el Nàstic siente la confianza de Agné y se ve más cerca que nunca del fútbol profesional

08 septiembre 2021 21:00 | Actualizado a 09 septiembre 2021 07:25
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Robert Simón ha caído de pie en el Nou Estadi. Desde un primer momento se ha hecho dueño y señor de la banda derecha. Entre los aficionados ya comienzan a vislumbrar que le han robado una joya al Badalona, el equipo de la ciudad de su corazón. Se le iluminan los ojos cuando habla de él, ya que cuando llegó en el 2016 estaba saboreando el lado más amargo de la vida. Allí recuperó su vuelo y alcanzó su mejor nivel. Ahora en el Nàstic disfruta de la oportunidad que le ha brindado el destino y de la compañía de Albarrán, su mejor amigo al que conoce desde los cuatro años.

Menuda manera de empezar la temporada. Cuatro de seis puntos y buenísimas sensaciones.

El inicio de liga ha sido bueno, ya que no hemos perdido y hemos puntuado en los dos partidos. No se puede pedir más.

Solo le faltó el gol ante el Barça B para firmar un 10 de partido.

Tuve dos ocasiones, una yo defino mal porque soy el primero que le gusta ver sus errores y lo hago mal, y la segunda quise rematar de primeras porque vi al portero ahí posicionado, pero he de decir que Iñaki Peña hace un paradón. Pero yo me fui contento con la victoria del equipo y con el ambiente que vivimos en el Nou Estadi que fue increíble y hacía tiempo que no jugaba un partido así. Se me pusieron los pelos de punta.

Se le ve ya muy adaptado a la ciudad y al club.

La culpa de esto la tienen los compañeros que siguen del año pasado, que ya me la habían dicho y lo he comprobado, que tenían un grupo humano súper bueno. Las incorporaciones que hemos llegado este año desde un primer momento nos han hecho sentir como en casa y nos han ayudado dentro y fuera del campo.

La confianza de Agné en estos partidos es absoluta. ¿La siente?

Sí que siento el feeling y le he de agradecer esta confianza que no es nada fácil porque yo llegué aquí y por desgracia cogí el Covid y estuve 20 días parado sin mis compañeros. Desde el primer momento me tranquilizó que cogiera la forma y que mi momento llegaría. Es de agradecer que llegues a un sitio nuevo y el entrenador te tranquilice de esa manera y que al final veas que apuesta por ti.

¿Qué le pide sobre el verde?

Al entrenador en su idea de juego le gusta jugar con un extremo más de profundidad y otro que se mete más por dentro y en ese extremo más de darle amplitud yo entro en sus esquemas y es el juego que a mí me gusta. Quizás se está perdiendo ahora un poco en el fútbol actual y la verdad es que es de agradecer encontrarte con un entrenador que le gusten ese tipo de extremos todavía.

Puede ser una solución también para el lateral, ¿no?

Sí, en Badalona muchas veces jugaba de carrilero en el sistema de 3-5-2. Me sentía cómodo, aunque sí que es verdad que defensivamente sufría un poco más.

¿Siempre tuvo claro que el Nàstic era su siguiente paso?

Yo lo tenía muy claro. La gente cercana a mí, mis amigos y mi familia, lo sabían que yo en el momento en el que me enteré de que el Nàstic estaba detrás, yo solo quería venir aquí. Yo soy catalán, sé lo que este club y lo que representa. Yo era pequeño y siempre ha estado en Primera y Segunda División y al final venir al Nàstic era el paso más importante de mi carrera y por eso lo quiero aprovechar y lo quiero disfrutar, que creo que me lo he ganado estar en un sitio así.

El factor de su amigo Carlos Albarrán también fue clave.

Claro, yo con Carlos nos conocemos desde los cuatro años y qué voy a decir de él. Al final ya me apretaba para que viniese aquí y volviésemos a compartir vestuario. Yo ya se lo dije que no tuviera dudas que mi sitio estaba aquí con él y que lo íbamos a pasar muy bien.

¿Tiene ganas de volver a jugar con él? Aunque con Pol Domingo ha demostrado una buena conexión, eh.

Pol Domingo lo está haciendo muy bien y ha hecho dos partidazos, pero también tengo ganas de jugar con Carlos por la amistad que tenemos, porque en Badalona compartimos banda y estoy deseando que se recupere para poder disfrutar de todo esto juntos.

Hablemos del pasado, ha estado en grandes canteras como la del Espanyol y el Zaragoza. ¿Cuándo uno se va de ellas, piensa que el fútbol profesional se escapa?

Si estas en un filial siempre estás más cerca de estar en el fútbol profesional y a lo mejor el error que cometen muchos jóvenes es que se creen que cuando una puerta se cierra de ese filial, su sitio en el fútbol profesional está más lejos. Al final no es eso y eso te lo hace ver la edad. Si tú realizas una buena temporada en cualquier sitio, el fútbol profesional está más cerca. Eso va con la edad, yo ahora con 28 años soy mucho más maduro y en aquella época sí que pude pensar que mi tren de llegar al fútbol profesional ya había pasado.

Badalona siempre será su casa y un club especial ¿Alcanzó su mejor nivel allí?

Sí, yo al final en 2016 salgo de la cantera del Espanyol B, ya que ya no era sub 23 y ya aterrizaba en la realidad del fútbol. Allí voy al Llagostera y ese mismo verano fallece mi padre y en ese mercado de invierno me quedo sin ficha el último día del mercado de invierno. Yo en esa época lo estaba pasando muy mal, había fallecido mi padre y me veía sin equipo cuando hace seis meses estaba entrenando con el primer equipo del Espanyol y me veía con posibilidades. Pensaba que como te puede cambiar tan rápido la vida y viví cosas que me afectaron muy de golpe. Pero acabé jugando esa temporada en el Sant Andreu y me fue bien para no perder el ritmo.

Y entonces llega el Badalona.

Recibo una llamada de una persona muy importante para mí que es el entrenador del Badalona que me dijo que sabía que estaba pasando una racha mala, pero que confiaba en mí y que iba a alcanzar mi máximo nivel. Fue la mejor decisión que he tomado, empezar de cero en casa, con la ayuda de mi familia y mis amigos y he estado cuatro años en casa en los que he jugado a mi mejor nivel porque esa persona me ayudó en el momento adecuado. Esos cuatros años me hicieron abrir los ojos, ver lo que es el fútbol de Segunda B y por eso valoro tanto este club. En el 2016 toqué fondo y ahora estar aquí es lo máximo.

Fue importante salir bien de Badalona, ¿no?

Yo lo tenía muy claro. El Badalona hizo lo intentó todo de todas las formas para que yo siguiera allí. Me ofrecieron un contrato muy largo y lo cómodo para mi hubiese sido cogerlo porque en estas categorías la situación económica te puede cambiar de un año para otro, pero yo lo tenía claro, tenía que intentarlo y no tenía que ser una persona conformista. Quería ser valiente y aprovechar el tren que me venía que era la oportunidad de mi vida. Se lo transmití al club y a los aficionados que si yo dejaba mi casa era para estar más cerca del fútbol profesional.

Ahora que está aquí, ¿el Nàstic es tan grande como se pensaba?

Sí, vosotros estáis acostumbrados, pero el Nàstic desde fuera tiene una dimensión gigante. Todos los jugadores de Segunda B quieren estar aquí. Lo tiene todo: una afición increíble, toda la gente que rodea al club, las instalaciones, la ciudad… Yo se lo digo a mis compañeros del Badalona con los que todavía hablo de que esto es fútbol. Esto es lo más parecido a Primera División y es lo que yo necesitaba.

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