Rubén Castro asegura que 'jamás' puso la mano encima a su novia

La fiscalía pide cuatro años de cárcel para el exdelantero del Nàstic, actualmente futbolista del Betis, por maltrato y amenazas

26 mayo 2017 09:05 | Actualizado a 26 mayo 2017 09:37
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"Jamás, nunca le he puesto la mano encima". El jugador del Betis Rubén Castro, que se enfrenta a una pena del fiscal de hasta cuatro años de cárcel por malos tratos continuados y amenazas, negó este jueves en el juzgado de Sevilla que hubiese agredido alguna vez a su expareja sentimental. De hecho, redujo la relación a una "profunda atracción sexual" y atribuyó las denuncias presentadas a "los celos" de la chica, que llegó a agredirle en varias ocasiones cuando intentó poner fin al vínculo. Las amigas de la joven, no obstante, han corroborado que la vieron con moratones, e incluso alguna fue testigo de alguna agresión.

El deportista prestó declaración durante apenas media hora, en la que narró que conoció a la denunciante cuando trabajaba de go-gó en una discoteca de Sevilla. "Era una relación loca, con altibajos y con muchas discusiones", detalló, señalando que ni se la presentó a sus padres ni hubo convivencia sostenida en el tiempo. La joven, dijo, pasaba "como mucho cuatro días, se iba y volvía".            

Castro no recordaba haber enviado un mensaje a la chica en agosto de 2013 diciéndole "si no es así, te mato", y en cualquier caso consideró que era una expresión habitual en el vestuario del club verdiblanco que se le había pegado de sus compañeros, pero sin ninguna intención textual. Por el contrario, desveló que la joven bebía "bastante" y detalló varios episodios en los que fue ella quien intentó golpearle o incluso atropellarle cuando le dijo que no quería seguir, aunque Castro prefirió no denunciar. Sí reconoció que una noche le dejó un sobre de dinero en un hotel, justificándolo en que la chica "muchas veces no llegaba a final de mes y necesitaba cosas para la niña", hija de una relación anterior, "y por no volver, lo dejé en la recepción". Fue justo tras esa noche cuando se produjo la denuncia.  

 La joven, L.M., por su parte, declaró a puerta cerrada, aunque fuentesRubén Castro asegura que "jamás" puso la mano encima a su novia judiciales confirmaron que se ratificó en sus denuncias de las agresiones. Unas agresiones que sus amigas supieron a través de ella. Explicaron que hubo convivencia en la casa de Castro al menos los seis primeros meses, en los que las amenazas, discusiones y peleas fueron continuas, y que el futbolista se enfadaba cuando salían juntas.            

También señalaron que era habitual que Castro le pagara estancias en hoteles para ocultarse mientras tenía inflamada la cara. No obstante, supieron de los moratones por las fotos, y le ayudaban a maquillar los golpes en la cara y las señales de forcejeos en los brazos, lo suficientemente graves para que la última vez acabaran acompañándola a poner una denuncia. Solo una de las tres amigas que declararon llegó a ver uno de las agresiones, una patada que el futbolista le propinó a la chica en la barriga durante una discusión en su casa, y que provocó que la joven cayera al suelo. 

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