Salva Ferrer: 'El equipo me ha apoyado'

En cinco meses has pasado de jugar en Tercera a ser una pieza importante del primer equipo del Nàstic en Segunda. ¿Te esperabas que todo fuese tan rápido?
Era mi sueño. Empecé la pretemporada con el primer equipo y veía que sí, que podía llegar al nivel. Si el entrenador me daba confianza podía rendir. Pero en ningún momento me imaginé que sería tan rápido y de la manera en cómo se ha dado.

¿Es lo que uno pretende cuando firma por un filial, no?
Cuando firmo por la Pobla, hace un año, mi intención era hacerlo lo mejor posible en Tercera para esta temporada tener la oportunidad de hacer la pretemporada con el primer equipo. Era mi meta el curso pasado.

Objetivo cumplido y mucho más.
Sí. La verdad es que ha ido rápido. Pensaba que el primer año con la Pobla me iba a servir de toma de contacto y aprendizaje de la categoría (Tercera) pero acebé teniendo muchos minutos.

Superaste tu propia previsión en la Pobla y también en el Nàstic. En tres meses te has ganado un contrato profesional (hasta 2021)
Considero que he hecho un buen trabajo y nadie me ha regalado nada, pero  los compañeros y el cuerpo técnico me lo han puesto más fácil. Siempre me he sentido muy respaldado. Si no llega a ser por ellos ahora mismo no estaría como estoy.

Los dos centrales titulares de la Pobla del curso pasado habéis llegado al primer equipo. Lo hizo antes Roger Figueras. ¿Qué pensaste cuando viste que debutaba tu pareja de zaga?
Cuando veo que sube Roger me alegro un montón, porque es una gran persona y es amigo mío. Pero al mismo tiempo pienso: «Me gustaría estar en su lugar». Igual que con Brugui o Pol Valentín. Ver que la gente del filial sube te da esperanzas. Piensas que no está tan lejos.

Debutas con Gordillo y cuando llega Enrique Martín no solo te mantiene sino que te da más minutos.
Hay que ver el proceso. Gordillo me hace debutar pero luego vuelvo a la Pobla unos partidos. Entra el nuevo míster y me da la oportunidad de jugar en Copa Catalunya y luego en Liga. Yo la aprovecho. Pero han habido altibajos. La clave ha sido seguir trabajando igual.

¿Cómo has gestionado esos altibajos?
Pasas de jugar en el Carranza, donde no necesitas más estímulos que el que te ofrece el escenario, a campos de Tercera en los que hace falta buscar esa motivación extra. En casa me advertían que tarde o temprano podía volver a bajar al filial y esa mentalidad me sirvió de paracaidas cuando regresé a la Pobla.

Destacan esa capacidad para mantener la misma actitud implicada en cualquier escenario.
Hasta cierto punto es así. Ha habido situaciones complicadas que las he sabido llevar para que no afectaran a mi nivel de juego. Pero bueno, solo llevo tres meses en este escenario profesional.

Se te ve confiado.
Me ha ayudado el respaldo de la plantilla. Siempre que he salido el equipo me ha apoyado y ha contado conmigo ya sea con balón o sin. También me han corregido las veces que lo he hecho mal.

¿Qué jugadores han sido los que más te han corregido?
Abraham, Bernabé, Becerra, Fali... Siempre hay situaciones del juego que hay broncas, merecidas o no, pero enseguida ves, por las formas, que cuando lo hacen es para ayudarte y pulirte como jugador.

Además has tenido que reconvertirte, a nivel profesional, en lateral derecho.
Dentro del fútbol es una reconversión, de central a lateral, que se puede dar con facilidad, pero son dos demarcaciones totalmente diferentes. El central tiene más responsabilidad, mientras que el lateral es más de recorrido, exige mucho físicamente. Tienes que aprender a medir los tiempos porque te puedes ‘fundir’ en diez minutos. En el primer equipo creo que lo he sabido llevar bien, pero el año pasado en la Pobla recuerdo que me costó las veces que jugué de lateral.

También has tenido que actuar de central en defensa de tres y hasta de carrilero. ¿Te falta alguna posición defensiva por probar?
Ya está bien probar en todas. Te da experiencia para ser más inteligente futbolísticamente hablando para afrontar todas las situaciones. Me podrás rectificar mil cosas, yo veo los partidos y veo multitud de errores, pero la intensitad siempre es la máxima sea donde sea.

¿Qué puede esperar el aficionado del Nàstic de este tramo final de liga que parece sentenciado?
El primer mensaje que tenemos que trasladar es el de ilusión. La afición verá un equipo totalmente nuevo, por toda la gente que ha llegado en el mercado de invierno, con una mentalidad positiva. Ninguno viene a pasar el último tramo de liga, vienen a pelear por salvar la categoría. Sabiendo que cada partido es una final.

El calendario que se anticipa es terrorífico (Deportivo, Cádiz, Osasuna, Albacete, Málaga y Oviedo).
Al futbolista lo que le gusta es jugar partidos contra el Deportivo, Cádiz, etc. Son los bonitos de jugar. Sabemos que son rivales muy buenos y que nos pondrán las cosas difíciles, pero nosotros también les pondremos las cosas complicadas.

¿Cuál es el jugador al que te has enfrentado que más problemas te ha dado?
Pozo, en los primeros quince minutos del Granada, me superaba con el primer control.

Algunos te ven ya como un pilar y uno de los jugadores emblemáticos del futuro Nàstic.
Un pilar no. Me veo una persona que suma en un equipo que necesita a todos los jugadores del grupo por igual. ¿En el futuro? Ya me gustaría ser uno de los futbolistas de la afición. Es la máxima aspiración del jugador. Más allá de los éxitos futbolísticos y económicos.

Si se desciende, ¿seguirías en Segunda B?
Te planteas mil situaciones. No sé que pasará hasta final de temporada. Aquí estoy al lado de mi casa, de mi familia, en un club de Segunda. Mi máximo interés es que el Nàstic siga en Segunda y quedarme aquí.