Sergi Roberto, el orgullo del Santes Creus

El futbolista reusense asistió al acto de clausura de los 50 años que cumple este curso el club reusense, poniéndole el broche perfecto a la celebración del club del Baix Camp

29 septiembre 2017 13:52 | Actualizado a 30 septiembre 2017 18:59
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Sergi Roberto y el Santes Creus se procesan un respeto mutuo. Ambos proclaman que su pasado se encuentro estrechamente vinculado. El club reusense es consciente de que el futbolista del Barça es el claro reflejo de que el trabajo bien hecho da sus frutos. El futbolista reusense tampoco duda en señalar al club del Baix Camp como el conjunto en el que comenzó a labrarse su sueño de convertirse en futbolista profesional.

Ayer, el Santes Creus realizó el acto de clausura que conmemoraba los cincuenta años que se cumplen desde que surgiera el club reusense. No se vislumbraba una celebración sin la presencia de Sergi Roberto. El futbolista reusense sacó un resquicio en su apretada agenda para poder estar presente. No importaba el hecho de que el miércoles hubiese disputado un partido en Lisboa ante el Sporting correspondiente a la Champions League. 

Ese detalle no pasó desapercibido por la multitud de personas que asistieron al Pavelló Olímpic de Reus. El futbolista azulgrana fue recibido como un héroe por los presentes. Su buque insignia hacia acto de presencia y no había semblante que no reflejara un claro orgullo al atisbar la figura del jugador reusense.
 Sergi Roberto no agrandaba su ser al sentirse el principal protagonista del acto. Todo lo contrario, actuaba con naturalidad mostrando una sonrisa que reflejaba la felicidad que sentía el futbolista por estar presente en ese emotivo escenario. 

Antes, había estado presente en las instalaciones del club reusense para inaugurar uno de los dos campos de Fútbol 7 bajo el nombre de Pep Amigó Gómez, canterano del club que falleció el pasado año.  


Al llegar al Pavelló Olímpic, tuvo tiempo para atender a los medios congregados antes de que diese inicio la fiesta de conmemoración. Eso sí, dejando claro que el protagonista en el día de ayer el Santes Creus y no su figura y la del Barça. Sergio Roberto quiso dejar claro que «quería estar en este acto. Yo estuve cuatro años en el Santes Creus y la verdad es que fueron cuatro años muy buenos y estoy muy feliz de estar en esta celebración de los 50 años del club». 

Además, destacó la importancia de un club que se ha convertido en una de las principales canteras del fútbol catalán. «Cuando yo estaba de pequeño con mis amigos, ya muchos niños de la ciudad jugaban en el Santes Creus y fuera de la ciudad también venía gente. Es un club muy importante donde tienen entrenadores muy buenos y yo aprendí muchísimo estando aquí», aseguró el reusense.

El acto en si agrupó a 1.500 personas. Entre ellos estaban los 25 equipos de fútbol base del club junto a sus técnicos, representantes de diferentes instituciones, Carles Pellicer, Alcalde de Reus y Jordi Cervera, Regidor de deportes…

Tras fotografiarse los 25 conjuntos de la cantera junto con Sergi Roberto, Ramon Alabart, presidente del Santes Creus desde hace 29 años, dedicó un discurso a los presentes en el que destacó el orgullo que sentía por poder vivir un momento así. Además, quiso agradecer a todas las personas que habían hecho posible que el club reusense esté más vivo que nunca. Fue un momento cargado de sentimientos que no pudieron impedir que el presidente se emocionara. 

50 años de recuerdos

Una vez finalizado el discurso, se proyectó un vídeo en el que se repasó la historia del club mediante fotografías que aparecían por orden cronológico. Sergi Roberto volvió a acaparar el protagonismo cuando su rostro apareció en la pantalla vestido con la camiseta de la selección española y del Barça. Los más pequeños no dudaron en aclamar y aplaudir la figura del futbolista reusense. Las fotografías de las 25 plantillas actuales del fútbol base también arrancaron sonrisas entre los más pequeños. 

Al finalizar la exposicióne d el vídeo conmemortativo de los 50 años del club reusense, se pasó  a la entrega de obsequios a aquellas instituciones que habían asistido al acto. Aquello fue el cierre a un día que jamás olvidará un club que ha hecho de la humildad y la ilusión una forma de vida. Por otros cincuenta años más.   

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