Solo hay un líder (Nàstic 1 - 0 Lleida Esportiu)

El Nàstic superó al Lleida, en el choque entre primero y segundo, y se situa a cuatro puntos de los cuadro ilerdense. Partido muy igualado, decidido por un saque de esquina botado por Marc Martínez que Marí cabeceó a la red

19 mayo 2017 23:24 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:28
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El liderato del grupo 3 de Segunda B tiene dueño y señor, el Gimnàstic. Nadie parece capaz de arrebatarle esa primera plaza al conjunto grana. Ni siquiera un Lleida serio y atrevido. El equipo de Idiákez presentó batalla. Rehuyó del tacañismo defensivo de otros equipos y se plantó en el Nou Estadi para jugarle de cara al Nàstic. Lo hizo con unas armas muy similares a las del cuadro tarraconense. A través del balón y de la velocidad de sus bandas. Pero de poco le sirvió. Encajó un gol al filo del descanso. Un saque de esquina de Marc Martínez que Pablo Marí cabeceó de manera impecable a la red. La estrategía fue la responsable de la derrota del Nàstic en Lleida. Ayer volvió a decidir el duelo entre ambos.

El partido tenía aroma de play-off. O incluso de Segunda. Dos equipos con buen gusto por el fútbol. El ambiente –7.571 espectadores, unos mil del Lleida– contribuyó a generar una atmósfera de encuentro grande. De final. No faltó la emoción y la tensión en los últimos minutos, cuando tras más de cinco minutos de tiempo añadido, el colegiado seguía sin mirar al reloj. El pitido dio pie a un rugido atronador de la grada. Una exhalación por tres puntos que aferran al Nàstic al liderato de la tabla.

Ya pueden ser siete –como el día del Hércules– o seis –como sucedió ayer– las ausencias obligadas. El Nàstic funciona como una máquina bien engrasada. Cualquiera de sus piezas sabe cuál es su función. Aunque esté desplazada. Vicente Moreno tenía que conformar una zaga nueva con solo tres defensores (Marí, Mossa y Pol Bueso). Tiró de Manolo Martínez. Puso al de Bigastro junto a Marí y dejó la banda izquierda para Pol Bueso. Un lateral zurdo cerrado que desplegó todas sus virtudes defensivas a banda cambiada. El ‘experimento’ funcionó. Ni un solo disparo entre los tres palos del Lleida en los 90 minutos. Claro que contó con el sacrificio de los hombres del medio del campo (Rocha, Marc Martínez y Cristóbal) así como los de arriba. Rayco y Marcos presionaron la salida del balón, mientras Lago contribuía en la ayuda a Pol Bueso. Con algún toque de atención por parte del míster y sus compañeros.

Los primeros minutos del partido sirvieron para visualizar planteamientos. El Nàstic invariable. El Lleida más osado de lo esperado. La posesión se iba alternando, aunque ninguno de los dos equipos sacaba provecho. El medio del campo grana no carburaba. Los centrocampistas azulados ejercían una presión constante y no daban tiempo para pensar, provocando imprecisiones en la entrega.

Sin embargo, el cuadro local encontró ocasiones para adelantarse en el marcador. La primera después de un pase largo de que pincha Rayco magistralmente para quedaser solo ante Pau Torres. Su intento de superar al meta visitante se marchó fuera (15’).

La presión del Lleida seguía inquietando la salida del balón grana, pero no fue suficiente para frenar un contragolpe rápido que Cristóbal colgo en el área. Ni Marcos, ni Lago alcanzaron ese cuero. Al que sí llegó Pablo Marí fue al centro de Marc Martínez. El central valenciano se alzó, imponente, entre medio de Nieto y Chamorro. Su porte despejó el camino, con un testarazo inapelable. Rectificó Pau Torres, excelente guardameta, pero lo hizo tarde.

El gol giró el guión. Los granas no se volvieron locos por la pelota. Priorizaron la posición. Levantaron su habitual campamento ante Reina y lanzaron un mensaje al Lleida:«No te daré ni un solo centímetro y si cometes un error lo pagarás caro».

Así pudo ser si Marcos hubiera acertado en el disparo. El mallorquín, en posible fuera de juego, hizo un control soberbio para plantarse ante Pau Torres, pero puso más fuerza que precisión.

Fue la ocasión más clara y casi la última del partido. Toda la posesión del Lleida fue estéril. Sin atreverse o sin poder cruzar la línea del medio del campo. Ni siquiera, cuando el tiempo apremiaba pudo encerrar al Nàstic. Y eso que calidad no les falta, con Nieto y Miramón.

Pero este Gimnàstic tiene pinta de líder. De campeón. Un equipo que sabe qué quiere. El primer puesto. Lo tiene al alcance de su mano.

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