Tarde nublada (Pobla 1 - 2 Huracán)

La Pobla encaja la tercera derrota del curso, la segunda seguida en casa, ante un Huracán más pragmático que supo anular el juego de toque del filial grana para llevarse los tres puntos con un gol de Aridai en el minuto 86

19 mayo 2017 21:38 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:05
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El juego efectivo del Huracán pudo con una Pobla que se anuló en su preciosismo en una tarde de nubes grises sobre el Municipal (1-2). Contra la presión iracunda de los valencianos –que aprovecharon la permisividad arbitral en cada disputa–, los poblenses trataron de construir peligro a base de toques cortos y de remover el esférico. Al final, mucho rodamiento, pero poca concreción ante un Huracán que en cuatro movimientos se plantaba con demasiada frecuencia en el área de Varo. Tercera derrota del curso, segunda seguida en casa.

El cuadro valenciano dejó el mando del partido a la Pobla y los hombres de Posse arrancaron la sinfonía con un par de advertencias. La primera, nada más empezar el duelo, con un chut desde la frontal de Cristian Herrera que obligó a Paco a estirarse para despejar a córner.

El filial grana disfruta con el control del juego. Tiene recursos de sobra para marear a los rivales. No da un paso en falso. Y eso normalmente lo traduce en peligro sobre el área rival. Pero ayer no. Faltó dinamita. Le costó sobremanera pasar de tres cuartos de campo ante un rival muy bien posicionado sobre el césped.

Aunque inocuo, el Huracán se prodigó por la meta de Varo. Cubillas, con un balón a las nubes tras recibir en el área pequeña, y Deivid, con una volea desde la frontal, sacaban dientes. Al borde de la media hora, Víctor García respondía con un disparo demasiado cruzado que se perdió por la línea de fondo.

Un córner botado por el ex del Nàstic Jandro fue el presagio del primer gol. El cuero lo pescó Cubillas en el punto de penalti para mandar un testarazo que puso el corazón de la grada en un puño. Varo sacó a pasear sus reflejos y atrapó el peligro. Cinco minutos después se adelantaba el Huracán en una jugada de estrategia. Falta que saca de nuevo Jandro en la línea de tres cuartos. Conexión en corto por la izquierda y balón a la olla que enchufa Deivid para superar a Varo sin piedad.

El primer tiempo murió con dos nuevas ocasiones visitantes. Otro centro desde la izquierda. La bola se pasea bombeada por el área y Espín, en el palo largo, la cabecea muy pasado por encima del marco de Varo. Poco después, otro sobresalto en una combinación entre Tariq y Moscardó, que éste remata lejos de los tres palos. El descanso fue un analgésico para la Pobla.

El segundo acto empezó con susto. Cristian Herrera galopa a por un balón vivo en el área del Huracán, pero se encuentra con los puños de Paco. Tras el golpe, los dos jugadores quedaron tendidos en el suelo un par de minutos, pero pudieron seguir con normalidad.

Fue precisamente Cristian el que rompió la tónica del juego poblense con una contra explosiva. Se recorrió él solo el campo casi de punta a punta con el balón pegado al pie. Se internó en el área, pero llegaba muy forzado y la dejó para la izquerda, donde a Vela le cogió por sorpresa y se hizo un lío en el remate.

Pudo desquitarse el de Terrassa, que ocupó el lugar de Emaná en el campo, con una suculenta falta en el balcón de la grande. La bombeó lo justo para superar la barrera, pero demasiado para batir a Paco, que vio cómo la pelota se iba por encima del larguero. Fueron los mejores minutos de la Pobla. Mucho más vertical. Con el Huracán encarcelado en su campo. Poco después envió un balón blando a los guantes del portero. Inocente, pero el público lo agradeció.

Posse echó más madera con la entrada de Gil Muntadas y Kike Tortosa. Y el empate no se hizo esperar. Marcó Cristian Herrera tras un pase largo de Alfons para Marcelo, que la soltó al punto de penalti para que el delantero poblense firmara su primer tanto en liga con la camiseta grana. El primero de la Pobla en cuatro partidos.

En los compases finales se volvió a esfumar el vigor local. Más todavía después de que Aridai, recién incorporado, batiera a Varo en un balón suelto que se encontró en la frontal. Quedaban cinco minutos, pero se escurrieron sin juego. La doble expulsión de Gil y Sanjulián acabó de inmolar el partido.

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