«Tenía ganas de ver a mis amigas y tirar a canasta»

El TGN Bàsquet reanuda los entrenamientos de los equipos bajo un protocolo de acuerdo con las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias

02 junio 2020 07:40 | Actualizado a 05 junio 2020 18:05
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El Pavelló del Sagrat Cor recuperó ayer una pequeña parte del sonido ambiente al que está acostumbrado. Las risas, gritos, balones botando en el parqué de su pista, pelotas rebotando en el aro o el sonido limpio de una canasta sin tocar metal que salen de un entrenamiento de baloncesto de base volvieron a resonar en las instalaciones de la Avinguda Marqués de Montoliu. El TGN Bàsquet reanudó las sesiones de una parte de sus equipos gracias a la mejora de las condiciones sanitarias de la pandemia de Covid-19 y a la predisposición del colegio Sagrat Cor de conceder el permiso para abrir sus instalaciones. Eso sí, bajo un estricto protocolo para cumplir con las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades sanitarias.

Raúl Bonet, director deportivo del club lila, ha sido el que ha diseñado todo el sistema para garantizar el cumplimiento de la normativa en salud e higiene. «Hemos seguido los consejos del Govern y de la Federació Catalana de Bàsquet, entre otros, para poder recuperar los entrenamientos como club y también con esa vocación de servicio a los familias», explica.

Para elaborar el plan ha hecho falta «un gran esfuerzo logístico y también mucha comprensión de las familias que han aceptado entrenar en horas no habituales», detalla Bonet. Entre las medidas figuran que solo entrene un equipo por franja horaria, con una duración por sesión de 45 minutos, un circuito de entrada y salida unidireccional para evitar que los equipos se encuentren, utilización de seis canastas y pelotas individuales. Los vestuarios, la fuente y los lavabos se encuentran precintados.

Nada de eso importó a las 14 jugadoras del alevín femenino de Quinto, las primeras en volver a la pista del TGN Bàsquet. Era reencontrarse con sus amigas y compañeras. «La tecnología las ha mantenido conectadas, pero no es lo mismo que verse las caras, aunque no se puedan tocar», explica el entrenador del conjunto lila, Iñaki Liarte, también vicepresidente del club.

«Tenía muchas ganas de volver a tirar a canasta. En casa no tengo y lo echaba de menos», comenta Ana Moreno una de las primeras jugadoras en pisar de nuevo el parqué del Pavelló del Sagrat Cor. A ella, como a sus compañeras se le ha hecha «larga» la espera.

Su compañera Ainhoa Liarte sí ha podido encestar en la canasta de su casa, «pero no es lo mismo que hacerlo aquí con mis compañeras». Le hubiera gustado estar más cerca de ellas, abrazarse como siempre, pero eso quedará para otra fase más avanzada. «Con estar juntas y poder entrenar con balón en el pabellón ya es suficiente», concluye. El parón de dos meses también pasa factura. «Hacía tanto tiempo que no corría que he acabado muy cansado», añade Sofia Sicilia. De ahí que un entrenamiento de 45 minutos sean suficientes para ir cogiendo la forma. «Hay que ir poco a poco», confirma Iñaki Liarte para quien la nueva normalidad también ha sido extraña. Y no solo por entrenar con mascarilla. Los ejercicios están limitados. Sin juego colectivo ni defensa solo quedaba practicar «las entradas a canasta sin oposición y la mecánica de los tiros».

A medida que las restricciones sanitarias se vayan relajando, se irán ampliando los entrenamientos. Como mínimo ya se han podido quitar «el miedo escénico a regresar a la normalidad», señala Liarte. El baloncesto de base del TGN Bàsquet cierra el paréntesis del coronavirus y regresa al dulce hogar de la pista.

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