Un cuerpo técnico fiel y patrimonio del CF Reus

Xavi Bartolo, Yvan Castillo, David Pajón, Joan Álvarez, Marc Sellarès, Francesc Barberà, Elías, Santi Fascie y Joan Maria han decidido vivir un nuevo viaje en el Reus, esta vez a las órdenes de Garai. En la planta noble se les ve como valores indispensables

27 junio 2017 14:49 | Actualizado a 27 junio 2017 15:10
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En las entrañas del Estadi suelen trabajar sin armar alboroto. No llaman la atención porque andan acostumbrados al anonimato. Ofrecen su tiempo a facilitar la vida a los demás. Su trabajo no deja de ser un ejercicio de honradez. Pocas veces reciben palmaditas en la espalda o portadas mediáticas de relumbrón. En Can Reus, eso sí, presumen de esos hombres que se entregaron a Natxo durante las tres primeras estaciones del viaje. En realidad, se entregan en cuerpo y alma al Reus. El club les considera patrimonio. Hablamos de un cuerpo técnico al que distingue su fidelidad. Ni la marcha del hasta ahora jefe ni la de su ayudante, Bernardo Tapia, les va a cambiar el paso.

Xavi Bartolo, Yvan Castillo, David Pajón, Joan Álvarez, Marc Sellarès, Francesc Barberà, Elías, Santi Fascie, Joan Maria y el doctor Roca han decidido gritarle amor eterno al Reus. Por lo menos, han aceptado el reto de una aventura más. En esta ocasión bajo la tutela de Aritz López Garai, el nuevo entrenador, al que curiosamente atendían no hace demasiado en su parcela de mediocentro riguroso.

La confianza en el ramillete de ayudantes resulta trascendental. Cada uno en su rol. Xavi Bartolo no sólo se había convertido en un profe de educación física para los futbolistas. Su capacidad para el análisis, para interpretar el juego, tomó protagonismo en aspectos como la estrategia defensiva y el desnudeo de rivales a través del vídeo. Si hoy el club le hubiera elegido primera espada como técnico a nadie le hubiera extrañado. De hecho estuvo en las quinielas de forma seria. Xavi compartirá sonrisas y lágrimas del puesto como mano derecha de Garai.

Cuando se habla de compromiso, Yvan Castillo ejemplifica a la máxima expresión de esa palabra. No sólo dirige a los tres porteros del primer equipo. Significa algo así como la punta de lanza de la academia de arqueros que maneja el club. Él mismo diseña sus entrenamientos específicos, los examina al dedillo y trata de convencer a sus discípulos en aspectos psicológicos que alimentan las emociones. Edgar Badia ha alcanzado el mejor momento de su carrera bajo su tutela. Algo similar pudo decir Pau Torres cuando trabajó con él en Lleida.

En la camilla de los músculos mandan Joan Álvarez y Francesc Barberà, dos tipos optimistas, que comparten los instantes más duros con los protagonistas del reparto. Gestionan sus prisas y sus infiernos a cambio de reparar sus dolores. Su labor va mucho más allá de un simple tratamiento físico. Precisan dotes convincentes para mantener a los jugadores en un estado de ánimo ideal. En este sentido, David Pajón, el recuperador, mantiene rasgos similares. Intenta cuidar las cargas y el exceso de ansia.

La figura de Marc Sellarès, el psicólogo, imparte el magisterio de convencer. Sobre todo cuando asoman los días oscuros y escasea la confianza.El doctor Roca, o DOC dentro de la caseta, diagnostica heridas e intenta agilizar plazos.

Finalmente, Elías, Sati Fascie y Joan Maria se pelean con las lavadoras y el tiempo para cuidar los detalles. Los utilleros, seguramente, transforman cada minuto en una mina de oro. Su oficio resulta tan crucial como cualquier jugada ensayada. Están para atender y ofrecer servicios casi a 24 horas. Su paciencia vale un imperio.

Entre algún que otro mojito vacacional, ya preparan al milímetro la inauguración del nuevo reto, con el 10 de julio en el horizonte.

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