Un rodaje espeso pero con buenos augurios (Espanyol B 2-1 Nàstic)

El Espanyol B ganó un duelo cansino que dejó entrever un Nàstic rico en ideas

06 agosto 2019 20:48 | Actualizado a 08 agosto 2019 16:56
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Xavi Bartolo no quedó satisfecho del partido de su equipo, que cayó derrotado ante un rival de la categoría, el Espanyol B (2-1) en la Ciutat Esportiva Dani Jarque. En su necesariamente exigente visión del encuentro le faltó ver en el campo parte del trabajo que lleva haciendo el grupo en este primer mes de pretemporada.

Al preparador grana le preocuparon los errores colectivos, más que los individuales y la ausencia de esos principios que tan minuciosamente trata el cuerpo técnico de implantar en el ideario conjunto.

Seguramente tiene toda la razón. No se hizo una presión ordenada y la mala ejecución del juego de posición provocó desplazamientos de jugadores que ofrecieron demasiadas facilidades a los blanquiazules en  ataque. Dos señas del nuevo Nàstic que desdibujaron el planteamiento inicial del partido. Se vio cansancio en los futbolistas y ausencias señaladas como las de Pol Valentín o Javi Márquez, además de las de Romain Habran y Gerard Oliva.

El técnico ilerdense es quien debe dirigir el cotarro y sabe en qué punto quiere ver a los futbolistas en este trayecto hasta el inicio del campeonato, el próximo (24-25 de agosto). Si no llegan lanza las alarmas y advertencias.

Desde la grada, sin ese punto riguroso de los directores de la orquesta, la visión del partido ante el filial blanquiazul es algo más alegre. Quizás porque la oscuridad de la que se viene era tan negra que ver algo de luz hasta deslumbra. Pero también porque los mimbres que el cuerpo técnico y la dirección deportiva van confeccionando transmite cierto entusiasmo. Se percibe un proyecto atractivo. Está en las primeras fases, cuando las conexiones entre futbolistas comienzan a cocinarse. El guiso huele de maravilla y da la sensación cuando se emplate quedará un ‘bocatto di cardinale’. En apenas cuatro partidos se han visto más combinaciones que en toda la pasada temporada y parte de la anterior. El juego tiene un sentido y ofrece puntas de diversión para el espectador.

El balón corre con criterio. Hay una idea clara de llevarlo atado en el colectivo hasta la zona de ataque y no abandonar el campo rival hasta que el contrario no sea capaz de elaborar una acción casi impecable. En Sant Adrià fue así en pocas fases pero dejó ver esa filosofía que Bartolo anunció desde el primer día.

Viti fue, y debe ser, el interruptor del juego. En el aspecto defensivo y en el ofensivo. Como pivote por delante de la zaga (en un 4-1-4-1 adaptable al rival) supo colocarse para absorber los planes atacantes del Espanyol B. Robó incontables balones en esa función reparadora. En labores ofensivas actuó de iniciador y hasta de conductor del juego. Retrocede lo que haga falta para ofrecerse a los centrales no tanta para dar salida al balón, que también, sino para ser el punto de partida del ataque sobre el que gira el resto. El centrocampista de Mataró fue junto Jonathan Pereira y tal vez Albarrán, si le gana la partida a Pol Valentín, los únicos teóricos titulares que salieron de partida. Un once que contó con Guiu, Figueras y Carreón, una de las sorpresas positivas de esta pretemporada por su buena lectura del juego, futbolistas que tendrán ficha de la Pobla.

Cheikh, que también fue titular, tuvo buenas intervenciones en una primera mitad con poco control del juego por ninguno de los dos bandos. El arquero senegalés dio seguridad aérea y afrontó seguro los mano a mano con Max. Detuvo ambos, pese a que el primero acabó en un penalti cometido por Albarrán. Cheikh Sarr tocó el esférico aunque no impidió el tanto de Moha.

Un minuto duró la ventaja perica en el marcador. Brugui, empeñado en demostrar que tiene sitio en el once titular, empataba al rematar en el segundo palo un centro de Abeledo. El futbolista onubense actuó de lateral zurdo por exigencias del guión. Un cambio que le descolocó pero no le ofuscó. Se buscó la manera de incidir en el partido con una asistencia y un rendimiento que le acercan a la continuidad en la plantilla.

Sergio Montero fue el primer cambio de Bartolo, obligado por la lesión de Guiu. Despuntó el futbolista con esa privilegiada visión del juego que goza. Cayó en cierta precipitación, como el resto del equipo, pero ofreciendo siempre esa osadía que carga en sus botas.

La última media hora fue para el segundo once. Un equipo más consolidado con Petcoff ejerciendo de líder, una defensa más robusta por la presencia de la prometedora pareja de centrales Juan Rodríguez-Goldar y con Bonilla en el lateral zurdo. Giner tuvo el empate en una falta pícara pero falló el remate.

El encuentro evidenció que faltan delanteros. Uno si se queda Gerard Oliva o dos si no lo hace. Además de aligerar con los jugadores que no se cuenta. Hay tiempo para todo.

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