Un tesoro en casa de los Bertolucci

Viareggio es territorio hockístico. En la panadería, en el taller mecánico, en el quiosco, se habla el argot del stick. Sienten pasión por su Centro, tal y como se conoce al Viareggio, un club con estampa en Italia, de tradición indiscutible. El Pala Barsacchi suele erizar pieles con sus ambientes efervescentes cada noche de actuación del Centro. En ese equipo de la Toscana italiana dos tipos carismáticos mantienen viva su pasión por el juego. Alessandro y Mirko Bertolucci nacieron para el hockey. Han invertido su vida a convivir con el alto nivel y ahora a formar pequeños aspirantes al estrellato. Nadie como ellos conoce la exigencia del foco. 

Alessandro se ha convertido en un allenatore sin sospechas. Ha cerrado su período en activo en casa, con el calor de sus hinchas, que ahora veneran su cerebro estratégico. Desde el banco guía a la squadra que ha escapado de las penurias económicas para retomar la cabeza del Scudetto. Mirko, mientras, sigue enseñando su clase sobre el parqué. Ni siquiera un contratiempo cardíaco le ha saciado la sed. Es la experiencia del rival del Reus esta noche, en la segunda semifinal de la Copa Continental, la antigua Supercopa de Europa. Estrena formato en el Pala Barsacchi. Final Four. Los dos finalistas de la CERS (Viareggio y Barcelos) y los dos de la Champions (Reus y Oliveirense). Cartelazo.

No sólo los hermanos Bertolucci visten de lujo un plantel con buenos condimentos. El delantero de Amposta, Xavi Costa, cumple su segunda temporada en el Viareggio, después de vestir las zamarras de Reus y Barcelona. En Italia ha retomado un papel crucial, para Alessandro Bertolucci dispone de la etiqueta de indispensable. Jugador interior, capaz de generar espacios y acudir al gol. Peligro serio.

El Reus ha viajado con la estrella cosida en el pecho. El actual campeón de Europa se presentará en el Pala Barsacchi con un estatus poderoso, aunque exigido por su condición y también por la historia. Agrandar la leyenda de la sección resulta casi una obligación y la Copa Continental gusta. Se hace imposible renunciar a ella. 

J ordi Garcia disfruta de todo el plantel sano y d e la sensación de firmeza que su Reus dejó en Voltregà, en la primera fecha doméstica. Ganó con una solvencia abrumadora, en una de esas plazas de tradición incómoda. El nuevo entrenador se enfrenta a su primer gran desafío internacional consciente de que los análisis cambiarán el paisaje según el resultado. Forma parte de las obligaciones de un cargo repleto de presión.

El Reus ha pisado tierras italianas hoy mismo y se ha entrenado al mediodía en la pista del Forte dei Marmi, localidad muy cercana a Viareggio. Por la tarde ha realizado sesión de vídeo y mañana, horas antes del partido, probará pista en el Pala Barsacchi, del que se espera un estado de caldera fogosa.