Una 'verbena' sin fin (Nàstic 0-0 Badalona)

Fútbol. El primer partido del Nàstic en el Nou Estadi de la liga acaba con un nuevo error arbitral que invalidó el que tuvo que ser el gol de la victoria local

25 octubre 2020 20:34 | Actualizado a 26 octubre 2020 20:50
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Perder en campo del Barça B puede ser asumible. Empatar en el Nou Estadi ante el Badalona no lo es. Podríamos quejarnos del árbitro. Otra vez. Y haríamos bien. Por cuarto partido consecutivo el colegiado perjudica gravemente al Nàstic con una decisión incorrecta. Un fuera de juego inexistente que privó a Trilles del gol. Segundo gol que le birlan por este motivo al central castellonense. Ya lo dijo Bonilla en Llagostera: «Esto es una verbena», que parece no acabar.

Pero más allá de la lógica protesta, al Nàstic en el Nou Estadi se le debe exigir más. Como local no vale con mostrar solidez defensiva, sino que la propuesta en ataque debe ser mayor. No limitarse al desplazamiento largo. El recurso es válido en determinados momentos. Seguro que en Llagostera o Ebro es la mejor manera de poner en apuros al rival. Pero en tu estadio hay que acompañarlo con otras situaciones. Para ello hay que mantener la calma y evitar la precipitación. Las prisas suelen ser malas consejeras. No siempre poner la directa es la mejor manera de llegar a la portería rival.  Saben hacerlo. Al menos, lo demostró ante el Real Zaragoza en una pretemporada que no hubo esas sensación de impotencia ofensiva. Todo sin desmerecer el estupendo partido que ofreció el Badalona de Manolo González. Un equipo de autor que no está dispuesto a vivir una temporada tan dramática como la pasada.

Dos cambios introdujo Seligrat en el once respecto al primer partido de liga ante el Barça B: Gonzi por el lesionado Wilfred y Amang por Pedro Martín. Solo Albarrán, Quintanilla y Bonilla, que venían de jugar los 120 minutos en Llagostera, se mantuvieron en el equipo titular pese al cansancio. Señal del valor que el preparador de Torrent les da a los tres.

El Nàstic empezó con un ritmo alto. Una presión intensa pero poco fructífera ante un bloque serio defensivamente como es el Badalona. El único resquicio lo encontró la conexión Albarrán-Brugui. Una sociedad que en el esquema de Seligrat tienen que asumir mucho protagonismo ofensivo. Se la dio larga el ex del Badalona para que el gerundense pusiera un centro duro que golpeó mal Bonilla.

El Badalona no esperó en su campo al Nàstic. Manolo González hizo de los suyos un equipo activo que se apropió del balón a los 20 minutos de partido. Con las líneas más adelantadas de lo previsto asfixió la salida de balón grana que sufría con la pelota en los pies y encadenaba pérdidas en zona peligrosa.

Despertó el Gimnàstic en el tramo final del primer acto. Pudo dejar atrás ese ahogo y volver a alcanzar los dominios de Álex. Bonilla y Fausto Tienza lo probaban tímidamente desde la frontal. El mayor peligro en los primeros 45 minutos llegó de un excelente acción individual de Joan Oriol, el mejor cada vez que entraba en contacto con el balón, que despejó el meta Álex.

El descanso y los primeros minutos del segundo acto iban aumentando los nervios en las filas granas. Nervios que se convertían en imprecisiones y pérdidas peligrosísimas en áreas demasiado próximas a las de Gonzi.

La solución grana seguían siendo el ataque a los espacios desde la distancia. Pero el Badalona no concedía terreno que atacar. Destacable, destacable una única jugada de Amang -lo escaso que hizo el camerunés en un pésimo partido- que consiguió meter el balón a Oliva en el corazón del área. El de Riudecanyes no consiguió ganarse bien el espacio, pese a ello trató de disparar con el cuerpo mal colocado en lugar de dejarla de cara a Brugui.

Los cambios de Carbia, Pedro y Fullana surtieron efecto. El conjunto tarraconense puso una marcha más y comenzó a achuchar de verdad al Badalona. Fue el Nàstic que queremos. El de ir con criterio e intensidad. Los nervios se trasladaron a los visitantes encerrados atrás y sufriendo en cada acción de estrategia. Sabían del potencial grana en cada una de esas acciones. Y el gol llegó. Trilles remató a la red de manera impecable. Un tanto legal de todas todas. Pero cuando el colectivo arbitral está obcecado contigo no hay nada que hacer. Sergiu Muresan, a instancias de su asistente, invalidó el gol por un fuera de juego inexistente. No se lo debía creer ni él mismo, porque tardó un buen rato en levantar el banderín. Tras recorrer algunos metros hacia el medio del camp, paró y señaló la infracción.

Aún hubo otra jugada polémica. Un agarrón sobre Albarrán que comenzó en el área y el colegiado decretó fuera. Está claro que Josep Maria Andreu tiene mucho trabajo por delante como vicepresidente de la Junta Directiva de la RFEF para que el Nàstic recupere el respeto del comité técnico arbitral.

Un punto de seis no es el inicio deseado. Tampoco el merecido. Pero es la realidad a la que debe enfrentarse el equipo de Seligrat. Afrontarla con las mismas ganas que en el segundo tiempo, pero con algo más de pausa. En siete días tendrán una opción de levantarse en el Nou Estadi ante el Olot. Está prohibido fallar.

FICHA TÉCNICA: 

Nàstic. Gonzi, Carlos Albarrán, Quintanilla (Marc Trilles, 76’), Jesús Rueda, Joan Oriol, Javier Ribelles, Fausto Tienza (Francesc Fullana 62’), Javi Bonilla, Brugui (Joel Marín, 62’), Gerard Oliva (Pedro Martín, 76’) y Thomas Amang (Fran Carbia, 62’).

Badalona. Áléx, Robert Simón, Robusté, Llerena, Goyo (Musa, 64’), Meléndez (Cristian Márquez, 86’), Josep Jaume, Núñez, Galindo (Jordi Cano, 71’), Roger (Aparicio, 86’) y Chema Moreno.

Árbitro. Sergiu Claudiu Muresan (comité valenciano). Amonestó a Brugui, Jesús Rueda i Quintanilla del Nàstic y Núñez, Robert Simón, Josep Jaume y Aparicio del Badalona.

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