UnoxUno del Nàstic-Valladolid

Dimitrievski. Titular. Sus actuaciones en Copa del Rey le dieron la alternativa en la liga, pero no trajo la misma fortuna. Encajó dos goles sin posibilidad de evitarlos.

Kakabadze. Limitado. Flaqueó en la acción del primer gol vallisoletano. Trató de aportar en ataque, pero dejó muestras que su capacidad ofensiva no es generosa.

Suzuki. Descentrado. Cuesta entender como el japonés, todo orden y discuplina, perdiera tantas veces la marca y cometiera una falta que le valió la roja.

Xavi Molina. Impotente. La suya es la imagen del desconcierto y la impotencia que sufre el equipo. Dispuso de una buena oportunidad en un saque de esquina.

Mossa. Desconocido. El lateral está teniendo problemas para mostrar la versión del curso pasado. Le tomaron demasiadas veces la espalda.

Madinda. Mínimo. Apareció en limitadas ocasiones. Vivió entre la prudencia de salir de la zona de confort y el desatino en la entrega. Perdió muchos balones.

Tejera. Difuminado. Compaginó momentos de posesión lúcido con pérdidas en zona de tránsito que ocasionaron graves consecuencias.

Lobato. Decreciente. Su actividad acompasó el buen comienzo del equipo grana pero se fue apagando, hasta que Moreno le sentó en el banquillo.

Muñiz. Voluntarioso. Se adornó con conducciones excesivas pero se ofreció siempre, sin miedo al error. Estrelló la pelota en el poste de la meta visitante.

Álex López. Predispuesto. Es uno de los pocos jugadores granas con algo de confianza, pero le faltó que sus compañeros le nutrieran de más balones.

Uche. Ilusorio. El nigeriano dio esperanzas a la parroquia grana con un golazo de estrella. Controló desde la distancia para decidirse por empotrar el esférico con un disparo con la potencia de un mísil norteamericano.

Rharsalla. Insistente. Repite la misma jugada. Falló a puerta vacía.

Emaná. Presencial. El juego grana no daba para él.

Giner. Testimonial. Apenas entró en juego.