Víctimas de nuestro pasado

Las comparaciones con la España de Xavi, Iniesta, Xabi, Torres y Villa son odiosas. Jugaba a tener la posesión pero la imagen que daban era totalmente contraria. Ha llegado el momento de buscar un nuevo horizonte

02 julio 2018 08:52 | Actualizado a 02 julio 2018 08:54
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Duele dejar atrás aquello te ha hecho feliz, pero que ya no lo hace. A España le ha tocado el momento de hacerlo. Porque nadie negará nunca que el fútbol de asociación fue lo que llevó a la selección a completar un ciclo irrepetible con dos Eurocopas consecutivas y el Mundial de 2010.

Sin embargo, el combinado nacional ya no intimida. Las selecciones contrarias saben como cortocircuitarlo. Repliegue intenso en fase defensiva y juego vertical en fase ofensiva. Esa es la receta. Así de sencillo. Así han conseguido Marruecos y Rusia empatarle e Irán ponerle en serios aprietos. Porque no olvidemos, esta España se marcha de Rusia con tres empates y una victoria. Vamos que seguir vivos era una utopía tanto por los resultados como por las sensaciones.

La realidad es que la generación que viene presenta futbolistas que se manejan bien en el toque, pero que también pueden aportar otra serie de virtudes diferenciales. De hecho, hoy en día los equipos que dominan son los que manejan diferentes tesituras del juego. El Barça, equipo que comparte más paralelismos de juego con la selección, es un conjunto que ha evolucionado siendo capaz de matar a la contra y con la capacidad de dejarse dominar en muchas fases de los encuentros bajo un trabajado 4-4-2.

Quizás es el momento de la llegada de un nuevo seleccionador que parta de cero con una idea totalmente personal de juego y completamente desligada de los grilletes del juego de posesión como obsesión. Hay futbolistas para practicar otro tipo de fútbol, eso sí, sin perder la esencia. Porque España debe seguir jugando para tener la pelota, pero de nada sirve dar 800 metros pases consecutivos cuando no hay profundidad, ni un desmarque de ruptura y solo se vislumbra una acumulación de mediapuntas excesiva que no ocupan la zona de la frontal del área.

Por ello, quizás el camino es el de la prorroga ante Rusia. ¿Porque teniendo delantero del calibre de Diego Costa, Rodrigo y Iago Aspas no se aprovecha para buscar una doble lanza capaz de generarse ocasiones sin demasiados milagros? ¿Por qué teniendo a mediocentros de ida y vuelta de una calidad técnica y física desbordante como Saúl, Koke, Thiago o Isco, no se le da mayor libertad a la hora de pisar área?

Todas estas preguntas tienen una sola respuesta: porque somos victimas de nuestro pasado. Se acabó. Hay que abrir los ojos. Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Xabi Alonso, David Villa, Fernando Torres… TODOS son pasado. TODOS. Serán futbolistas irrepetibles que hicieron de un equipo una máquina de triturar de rivales. Bajo el toque atacaban y se defendían, eso sí, jamás provocaban un bostezo. Porque aquella España sufría, pero sabía hacerlo. A aquella España le llegaban, pero ella lo hacía multiplicado por tres. Porque aquella España tenía el balón, pero generaba en los metros finales.

Llegan nuevos tiempos. Es el momento de diseñar una nueva hoja de ruta en la que hombres como Isco, Saúl, Asensio, Koke, Thiago… den un paso al frente. Algunos de estos ya lo han dado. Es momento de darle un giro de tuerca a la idea. Olvídense del sistema, en el fútbol el estilo es lo más importante.

Se me ocurre un espejo en el que fijarse, Roberto Martínez, el español que es seleccionador de Bélgica llegó a ese combinado y bajo el 3-5-2 lo ha convertido en un equipo valiente, impredecible y que maravilla el mundo. No sabemos si ganaran el Mundial, pero al menos sus aficionados sienten orgullo cuando los ven sobre el terreno de juego. Nosotros de nuestra selección no podemos decir lo mismo.

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