Vuelan dos puntos

El bisturí. El partido estaba controlado con el 0-1 pero laroja a Marc Trilles y la inferioridad numérica dieronal Prat una oportunidad para igualar el choque

10 noviembre 2020 06:50 | Actualizado a 11 noviembre 2020 11:31
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Soy de los que se pasan un rato mirando la carta del menú de un restaurante antes de confiarle mi estómago. Mi mujer se desespera. Sobre todo cuando estamos de viaje en el extranjero, bueno, en Berlín, siempre Berlín, y estamos al borde de superar la barrera temporal que los alemanes consideran aceptable para comer. No entiendo ni la mitad de lo que pone, pero desmiembro las palabras buscando una raiz conocida que me revele el manjar que esconde. Entro con los ojos bien abiertos escudriñando las mesas y observando los platos para ver cuál es la elección más acertada. Entonces veo ese codillo encantador. Le señalo fervientemente al camarero que es eso lo que quiero. Y entonces se viene el ‘hachazo’. El de ese señor(a) es el último. La rabia que se extiende inevitablemente con cada bocado del teutón, mientras mi ‘currywurst’ languidece en el plato, fue similar a la que sentí al ver a los jugadores del Prat celebrar el gol de Padilla en el tiempo extra. Se habían comido los dos puntos que tanto nos apetecían. Que nos iban a dar el liderato y el efecto de convertirnos en invencibles.

Partido pragmático

En el cómputo general el partido del Nàstic fue correcto. Claro que no tuvo nada que ver con los del Nou Estadi. Pero es que el escenario era completamente diferente. No puedes ir con bermudas en enero como no puedes madurar las jugadas de lado a lado en el Municipal Sagnier. Ni con 0-0 ni con 0-1. El equipo de Seligrat hizo un partido práctico. Marcó en una de las tres ocasiones claras que tuvo y apenas concedió al Prat peligro a balón parado. La victoria se escapó en los últimos instantes y probablemente eso influya a la hora de leer el choque, pero la línea del equipo no bajó. Hasta el minuto 70 el duelo estaba controladísimo. Gonzi intervenía en contadas ocasiones y todo parecía indicar que los tres puntos se iban para Tarrasgona.

Marc Trilles

¿Qué pasó en ese minuto 70? Pues que a Marc Trilles se le cruzaron los cables. Es el gran defecto que tiene el central castellonense. Tiene calidad de sobras para jugar una o dos categorías por encima, pero le pierde la agresividad. Sale a amarilla cada dos partidos. A sus 29 años parece difícil que vaya a controlarse, pero debe intentarlo. De momento se ha ganado un tiempo en el ‘racó de pensar’.

Brugui

Sigue siendo el jugador más entonado del equipo a nivel ofensivo. Todo el peligro sale de sus botas. De un pase ingenioso, un desmarque vertical a la espalda de la defensa o una recuperación alta. Ha participado en los tres goles del curso. Generó el 1-0 contra el Olot con un pase picado por encima de la defensa que dejó a Fullana solo en el área; asistió a Pedro Martín para el 2-0; y en el Prat el rechace de un disparo suyo lo empujó a la red Pol Ballesteros. El ‘10’ grana es, como lo fue el curso pasado, el futbolista más determinante de la plantilla.

Ataque

Si bien, no todo debe pasar por él. Necesita colaboración. Especialmente del ‘9’. Sea Gerard Oliva, Pedro Martín o Joel Lasso. El que sea. El de Riudecanyes debe dar un paso hacia adelante. Es la apuesta goleadora de la plantilla y debe responder a esa exigencia. Ser más resolutivo en el área y preciso y rápido de movimientos cuando se encuentra lejos de ella. Dicho esto, no le defenestren ni lo crucifiquen. Que luego llegarán los goles y todos correrán a hacerse la foto con el ‘9’.

Defensa

Dos goles en cuatro partidos. Uno de rebote y otro cuando el equipo andaba con diez hombres. ¿Quién no firma seguir con esta dinámica? Al equipo en defensa no se le puede poner ni un pero en lo que va de curso. Ofrece seguridad lo mires por donde lo mires. Los laterales se están saliendo, y más allá de su expulsión Trilles, Rueda y Quintanilla ofrecen garantía. Gonzi ha intervenido magistralmente cuando se le ha requerido y tanto Ribelles como Miranda en el pivote barren el peligro en el pasillo central con oficio. Por no hablar del sacrificio general que obliga la presión alta que pide Seligrat a sus hombres. Toda esta estructura no se construye en dos días. El Nàstic va tercero. Con cinco puntos. Tranquilidad. No nos volvamos locos como siempre.

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