Ari Sánchez, predestinada al número 1 mundial de pádel

«Desde la Federació Catalana de Pàdel se había organizado un encuentro de menores para optar a una beca y era la primera vez que veíamos a Ari Sánchez. Tenía 11 años, era pequeñita y la verdad es que la pala abultaba más que ella. Pero le bastaron unos segundos para demostrar de qué era capaz». A Pete Francino se le ilumina la cara cuando explica al detalle la escena. Han pasado ya catorce años, pero el entrenador altafullense tiene perfectamente grabado en la retina aquel momento que ocurrió en las pistas del Pàdel Tamarit. «Realizamos un intercambio de voleas en la red, apretando progresivamente la bola y ella aguantaba; hasta que salió una a bastante velocidad que le iba directa al cuerpo y fue entonces cuando Ari se movió ligeramente, se pasó la pala por detrás de la espalda y devolvió la pelota sacándosela de encima», recuerda.

Que una jugadora de esa edad realizara un movimiento como aquel, con solo dos años practicando pádel, ilustra a la perfección el talento innato que posee Ari Sánchez (Reus, 1995), la nueva número 1 mundial. «Hacía cosas que no se enseñan, que se llevan de serie y no aparecen en los manuales», asevera Pete. Ratifica sus palabras Gerard Francino, el hijo de Pete y presente también en aquel entrenamiento, en su caso ya como jugador becado (es cuatro años mayor que Ari). «A mi padre se le ‘fueron’ los ojos después de aquella acción y quienes estábamos allí también nos quedamos boquiabiertos. Ari ya tenía golpes distintos a los del resto», añade Gerard sobre ‘Magic’, el apodo con el que se la conoce en el World Padel Tour precisamente por golpeos como aquel, y la capacidad para ejecutarlos cuando sus rivales menos se lo esperan.

Devoluciones entre las piernas, de frente o de espaldas a la red; espectaculares salidas de pared o sus exquisitas voleas y dejadas desde el revés, o buscando la complicidad de la reja, figuran en la larga lista de golpes prácticamente únicos en el circuito profesional femenino que posee la reusense después de irlos puliendo.

A Pete y Gerard Francino, que figuran en el círculo de máxima confianza de Ari y mantienen contacto con ella casi a diario, no les sorprende su número uno. «Con Ari hice dos apuestas en su día», desvela Pete al respecto. «La primera, que llegaría a profesional junto con Martita Ortega, y la segunda, que sería la número 1 por todo lo que puede llegar a hacer en una pista y porque el techo se lo marcaría ella misma», añade.

Gerard también lo tenía claro: «A su calidad se le une su entorno y los valores con los que crecido. Es una persona muy sana, transparente y que ha madurado muchísimo», asegura al recordar que precisamente de niña su carácter y personalidad habían llevado a la reusense a abandonar la pista en pleno entrenamiento cuando algunos golpes no le salían.

Ver a Bela entrenar

A su talento natural Ari añadió en todos estos años el aprendizaje de observar a los mejores del pádel. Jamás ha ocultado su predilección por Fernando Belasteguín, al que considera un referente. Pero lo que pocos saben es que en su etapa de menores se había desplazado desde Reus hasta Barcelona en más de una ocasión para verle entrenar en directo. «Se lo planteé un día y le hizo muchísima ilusión», explica Luis Ferrini, actual director de la escuela de pádel del Monterols que tuvo a Ari bajo sus órdenes en el CT Tarragona y en el TPI. «Veía entrenar a Bela y luego charlaba con él un rato mientras tomábamos un café. Hará unos ocho años de eso».

Ferrini destaca de Ari, además de que sea la jugadora con más recursos del circuito femenino, su facilidad para leer los partidos, ahora con Paula Josemaría de pareja: «Incluso de pequeña tenía una enorme capacidad para cambiar sus golpes y así poder ganar». Pero también «su trabajo y esfuerzo para ganarse este número 1» y su humildad: «Sigue siendo la persona cercana de siempre».