Del descenso con el Nàstic, a compañero de Marcelo

Gonzalo Ávila llegó al Nàstic en el mercado de invierno de la temporada 2018-2019 con la intención de ayudar al equipo tarraconense a mantener la categoría en Segunda División. Enrique Martín entrenaba por aquel momento al conjunto grana y apostaba por un sistema de tres centrales y dos carrileros. Un esquema de juego ideal para Pipa que entendió que aquella cesión en el Nou Estadi podía suponer un impulso a su carrera.

Fueron seis mesos intensos en los que le tocó vivir un descenso con el conjunto grana en un claro fracaso a nivel colectivo. A nivel individual la cosa no se dio tan mal y encontró los minutos que buscaba. 18 partidos, 17 de ellos como titular, fue su bagaje total en el Nou Estadi.

Perdió fuelle al final de curso en el que el técnico navarro decidió darle más oportunidades a Pol Valentín, que hoy juega en el Sporting de Gijón. Sin embargo, en Tarragona dio muestras de su calidad y su gran futuro que años después está confirmando.

Tras su cesión en el Nàstic, Pipa logró la oportunidad en el primer equipo del Espanyol que tanto había buscado. Como jugador blanquiazul debutó en Liga y en la Europa League, pero finalmente hizo las maletas al extranjero en busca de mayor confianza y minutos. En septiembre de 2020 se anunciaba su fichaje por el Huddersfield Town de la Segunda División de Inglaterra. Allí permaneció dos años en los que acumuló más de 50 partidos, siendo pieza clave de la escuadra inglesa. Incluso llegó a rozar el ascenso la pasada temporada a la Premier League, pero en la final cayó ante el mítico Notthingam Forest en Wembley.

Este pasado verano saltaba la sorpresa cuando se anunciaba su fichaje por el Olympiakos griego. El gigante heleno apostaba firme por su fichaje y lo sacaba de Inglaterra en otra muestra clara de que el proyecto para este curso era ambicioso.

Clave en ese traspaso era la figura del nuevo entrenador del equipo que griego, Carlos Corberán, que ya le entrenó en Huddersfield.

Titular con Míchel

El cierre del verano fue un escenario para la ilusión de un Olympiakos que logró fichar a nada más y nada menos que dos cracks internacionales. Marcelo Vieira y James Rodríguez firmaban por el equipo griego en dos de las operaciones más sonadas del estío.

Sin embargo, los resultados no terminaban de ser los esperados y por ello se apostó por un cambio en el banquillo con la llegada de otro técnico español como Míchel González.

Desde entonces, el Olympiakos ha mejorado sus resultados y va en tercer lugar en una Superliga griega en la que el Panathinaikos no está dando opción al haber logrado 10 triunfos en 10 partidos. Eso sí, Pipa suma ya 17 partidos oficiales en sus piernas y ha recuperado la titularidad en los dos últimos partidos en los que ha disputado los 90 minutos.