El capitán al rescate. Xavi Jaime volvió a desbloquear un partido, como ante el Badalona, y le puso color a un Reus algo impreciso y con dificultades para atacar con fluidez ante L’Escala.
Los de Marc Carrasco se enfrentaron a un equipo que buscó hacerse fuerte mediante el balón y que dificultó y mucho las cosas al cuadro rojinegro, que selló la victoria con un latigazo del ‘7’ en el 72’.
El Reus quería ser el de la segunda parte ante el Badalona, y no el de la primera. Y el que lo cambió todo la pasada jornada fue Hugo Moreno, que partió como titular contra L’Escala para darle orden al centro del campo reusense.
En la medular –de enganche– también compareció de inicio Marc Grau, después de las molestias de Aitor Serrano, mientras que Sergi Casals volvió al lateral zurdo y Pol Fernández salió desde la banca.
Independientemente de las piezas, el plan era el mismo de siempre: ser protagonistas con el balón, que se jugase en campo contrario y, desde la línea defensiva alta hasta la presión de los puntas, hundir al rival.
Pero el Reus no se encontró a un oponente amedrentado, sino que el plan propuesto por Raúl Paje fue quitarle la pelota a los de Marc Carrasco, cansarlos y anestesiar su presión y su ataque.
Y lo cierto es que el conjunto gerundense pudo salir desde atrás con una relativa comodidad, hecho que también provocó que se desprotegiera algo más en defensa y que cualquier robo local en fase de creación pudiera poner en aprietos a la defensa gerundense.
Pero, poco a poco, parecía que el Reus iba haciendo pie en el partido y contrarrestando la receta visitante. La primera clara llegó en el 35’, cuando Andy Alarcón remató un córner servido al primer palo por Xavi Jaime, que habría sido el primero de no ser porque la defensa de L’Escala rechazó casi sobre la línea.
El partido estaba para que una genialidad lo rompiera. Y ahí había dos nombres que estaban despuntando: Ramon Folch y Ricardo Vaz. La visión del reusense es siempre temida y el portugués, aunque no terminaba de estar preciso, tiene en su arsenal una gran variedad de trucos para sorprender.
Lo que faltaba era un punto de precisión. Ese último pase que rompe defensas. L’Escala se posicionaba muy bien e intentaba dormir el partido cada vez que tenía la oportunidad.
Pero Ricardo Vaz parecía entonarse –reclamó un posible penalti al inicio de la segunda mitad– y, junto a Alberto Benito, ambos complacían a las mentes nostálgicas.
Los visitantes no se daban por vencido y crearon peligro en una falta lateral cuyo remate de cabeza salió rozando el palo derecho de la portería de Alejandro Verdejo. Salieron Pau Russo y Sandro Toscano –que debutaba tras su reciente fichaje– e intentaron darle un aire nuevo al equipo rojinegro.
Ricardo Vaz volvió a intentarlo con una falta desde la frontal que rechazó Jonathan Morilla y Ramon Folch la tuvo de nuevo después de rematar con la zurda a la media vuelta y desde dentro del área un buen balón puesto por Sergi Casals desde la línea de fondo.
Parecía que era cuestión de tiempo, pero un tiempo que apremiaba, y en el Reus faltaba inspiración. Las piernas comenzaban a pesar y los de Marc Carrasco se abonaban a algún destello que deshiciera la igualada. Y ese destello vino, igual que contra el Badalona, por parte del capitán.
Corría el balón por la banda derecha y Alberto Benito lo mimaba con esa calidad a la que el de Altafulla nos tiene acostumbrados. EL ‘2’, desde la línea de fondo, puso un balón raso al corazón del área.
Balón que remató el corazón del Reus. Un latigazo cruzado incontestable de Xavi Jaime puso el 1-0 y le dio al cuadro rojinegro un color que hasta entonces le había faltado.
El cuento cambió a partir de entonces. El gol le cambió la cara al Reus y, cinco minutos después, Ramon Folch estuvo a punto de sentenciar con un globo dentro del área que puso en problemas a Morilla.
L’Escala apretó hasta el final y hundió a los de Marc Carrasco durante los últimos minutos, pero los reusenses aguantaron en defensa e incluso pudieron haber marcado el 2-0 con una ocasión meridiana que Pedro Martín envió arriba.