El CB Salou no puede con la mejor versión del Barça B

El FC Barcelona B se proclamó campeón de la Lliga Catalana EBA con total merecimiento en el Pavelló Municipal de Salou (55-81). Arrolló al CB Salou desde el primer minuto. El equipo dirigido por Roger Grimau no especuló. Venían algo preocupados, como reconocería después el técnico azulgrana, porque el Salou les causaba mucho respeto. Sabían de lo que era capaz el experimentado y conjuntado equipo de Jesús Muñiz. Por eso, las futuras estrellas del Palau Blaugrana salieron con ganas de comerse el parqué. Guiados por el MVP de la final, Agustín Ubal, un base con un talento extraordinario y una pinta descomunal de ACB (de hecho debutó hace unos días ante el Betis), el Barça sacó su mejor versión posible. Una que destroza a sus rivales como hizo con el Salou. Al descanso el parcial ya era de 25-40. La segunda mitad fue un recital culé. Ritmo intenso, circulación de pelota a una velocidad asombrosa y una facilidad pasmosa para encañonar canasta. Por fuera con Ganal (5 puntos), el propio Ubal (18 p.) o Caicedo (12 p.), otro que ha debutado con el primer equipo del Barça; y también por dentro con el poderoso James Nnaji (13 p.).

Todo lo contrario que el Brisasol Salou. Los salouenses acusaron el peso de la historia. Era la primera final importante para el club. Una cita significativa para el proyecto que encabeza Santi Benito y que encima se jugaba en su pista. Ante su entregado público. Sí, la mera posibilidad de jugar la Final de la Lliga Catalana ya era un éxito, pero cuando llegas quieres ganar. Tal vez fue esa ultramotivación pasó factura. O sencillamente que el rival no les dio alternativa. Probablemente un poco de las dos, pero lo cierto es que no le salió nada al cuadro amarillo. Su falta de acierto fue una condena que arrastraron desde el primer lanzamiento de partido. Les costó más de tres minutos anotar sus dos primeros puntos del partido en una acción personal de Óscar Ngomo. El Barça mandaba en toda la pista y poco a poco fue despegando en el marcador. A la conclusión del primer parcial el choque ya pintaba muy mal para los locales (11-20).

En el segundo periodo hubo un conato de reacción por parte del Salou. Costa, Balta y un Baiget peleón conseguían acercar al conjunto local a solo ocho de diferencia (22-30). Grimau reaccionó y paró el duelo para encauzarlo tras el tiempo muerto. Apretó tuercas a sus chicos y el Barça puso una marcha más. De nuevo imparables para un Salou que no llegaba. Los culés movían el balón de lado a lado hasta encontrar al jugador liberado que completaba la jugada. Al compás de los puntos de Ubal y Caicedo asestaron un parcial de 10-0 directos a la moral salouense. Únicamente Baiget conseguía a base de garra y carácter un triple que mantenía algunas esperanzas para la segunda mitad (25-40).

Una ilusión que se esfumó a las primeras de cambio en el tercer periodo. Los azulgranas eran un martillo pilón. Anotaban en casi cada ataque, mientras que el Salou sufría en cada una de sus jugadas ofensivas para sacar algo positivo. A falta de tres minutos para la conclusión, con +25 para los visitantes (33-58), a los locales solo les quedaba frenar la sangría. No lo consiguieron en la tercera manga que se fue al 37-64, pero sí en el último parcial del partido.

El Brisasol CB Salou acabó bien el partido. Más enchufado en defensa y en ataque. Logrando apuntarse el último cuarto 18-17 para acabar el encuentro en el 55-81 final. Una muestra evidente de que el conjunto de Muñiz no perdió la cara, ni siquiera cuando todo estaba decidido. Porque este Salou es así. Incombustible. Un proyecto con mucho recorrido, pero que ya empieza a obtener frutos de su trabajo y esfuerzo. Hace unos años era un conjunto más de Segunda Catalana. En este 2022 ha alcanzado su primera final de la Lliga Catalana EBA superando a equipos como el CB Tarragona, CB Valls, Joventut Badalona o Monbus Igualada. No es un paso más, es una declaración de intenciones.