El Collao se atraganta (Alcoyano 1 - 0 Nàstic)

El Nàstic cayó ante el Alcoyano por un solitario tanto de Rubio en la primera mitad. La extrema necesidad del cuadro alicantino pudo con la intención de los tarraconenses que pierden a Molina y Xisco Campos para el Lleida

19 mayo 2017 23:27 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:43
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La historia frenó al Nàstic. Pesó la maldición de El Collao, donde los granas solo han logrado un triunfo en toda su historia,y se cortó la racha de nueve jornadas sin perder de los granas. A vísperas de la visita del Lleida al Nou Estadi. Un tropiezo permisible. Podía ocurrir. Hay margen de error, obtenido en muchas jornadas. Pero cruel.

Ninguno de los dos equipos hizo suficientes méritos para sumar los tres puntos. Pero, como ocurre tantas y tantas veces, una falta directa, lanzada magistralmente por Javi Rubio, valió para ganarle la partida al líder.Porque el Nàstic seguirá al frente de la tabla. Solo hay que gestionar la derrota, que iba a llegar, para recibir al Lleida con la mente fresca. Eso sí, sin Xisco Campos y Molina, que se perderán el duelo frente a los ilerdenses por acumulación de cartulinas.

Los primeros minutos fueron un reflejo del ánimo con el que llegaban ambos equipos al encuentro. El Alcoyano un saco de nervios. Con ganas de gustar al nuevo técnico, lo que les hacía caer en la precipitación. El Nàstic lanzado al ataque. Presionando la salida del balón y buscando la altura de sus dos hombres de arriba: Marcos y Azkorra, la novedad en el once. Apostó por los centímetros en ataque Vicente Moreno.

El primer remate de cabeza fue de Molina, llegando desde atrás (2’). Su testarazo se estrelló en el poste izquierdo del marco de Diego García. Primer efecto de la maldición del Collao. También por alto llegó la segunda oportunidad del Nàstic. Un remate forzado de Marcos a centro de Lago.

Todo cambió radicalmente con el gol de Javi Rubio, en el minuto 12 del encuentro. El jugador del Alcoyano lanzó magistralmente una falta en la frontal, señalada por la grada, para poner el 1-0.

Un tanto que logró despertar al cuadro local. Llevaba jornadas perdido. Deambulando por la Segunda B. Javi Rubio hizo que se reencontraran con su mejor versión. Dominando cada una de las situaciones, mientras el Nàstic caía en la imprecisión y la precipitación. Hasta la férrea defensa grana se afectó. Los granas fueron presa de los nervios y la angustia.

La claridad de los primeros minutos –buscando a los dos puntas con centros desde las bandas– se perdió. Como si se les hubieran traspapelado las ideas. No era elNàstic. No el equipo convencido que sumaba nueve jornadas sin perder. El cambio de guión cogió a los granas a pie cambiado. Costó reaccionar. Y c uando se hizo se encontró a un Alcoyano cerrado. Movido por la necesidad de ganar y que todo le salía de cara. Montaba contragolpes con apenas tres movimientos, generan-do ocasiones claras. Una doble cuando se llegaba a la media hora del duelo. Corrió Kike López, que cogió la espalda a Mossa, alcanzó la línea de fondo y puso un centro que, tras un fallo de Marí, llegó a pies de Ferrón. El disparo del delantero local lo salvó Molina en la misma línea de gol.

Moreno sabía que su equipo debía recuperara su personalidad. Volver a la idea original, de fuera para dentro. Tras el descanso, tiró de Rocha. Arquitecto del Nàstic. El hombre orquesta. Sus compañeros le han suplido bien, pero incluso al 70% –sale de una lesión– es un jugador imprescindible si está disponible.

Puso cerebro en el centro del campo trazando las líneas por donde debía ir el partido. Por las bandas. Por ahí llegaron las ocasiones del Nàstic. La más clara la de Azkorra. Se lanzó para rematar en el segundo palo, a escasos centímetros de la línea de gol, pero incomprensiblemente se marchó alto.

El Nàstic encontró el camino. Le dio velocidad al cuero y sus visitas al área se fueron haciendo habituales. En una de ellas tuvo el empate (57’). Primero Rayco que no superó al portero Diego y, después, Marcos, con un tiro que roza la escuadra.

Los de Vicente Moreno ya eran dueños del partido cuando el árbitro expulsó a Ferrón por doble amarilla. Con tres defensas defendían los tarraconenses las escasas acometidas locale s en busca del mercido empate. Mientras el Alcoyano se defendía como gato panza arriba. El hueco no apareció. La fortuna se alió con los locales y el Nàstic encajó la quinta derrota del curso. Encajable. No pasa nada. Ahora el que cuenta es el choque ante el Lleida en el Nou Estadi.

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