Manu Barreiro protagonizó la expulsión absurda de la jornada en LaLiga 1|2|3. El delantero del Nàstic vio como el árbitro Figueroa Vázquez le mostraba la segunda amarilla en el minuto 60 por no llevar las espinilleras. Un equipamiento básico obligatorio de los futbolistas según el reglamento de la FIFA.
El jugador gallego, que había sido amonestado en el primer tiempo por encararse con un rival, prescindió en un momento de la segunda mitad de este elemento. El árbitro, según recoge el acta arbitral, le advirtió pero el futbolista “hizo caso omiso”. Un extremo que Emilio Viqueira, director deportivo del Nàstic, desmintió en una entrevista en Tarragona Ràdio: “No se le advirtió”. Según ha comentado el responsable deportivo grana “nos dicen que lo que tiene que hacer el árbitro es advertir al jugador y sacarle fuera del campo”. Figueroa Vázquez, según Viqueira, “hizo lo fácil”. El colegiado le mostró la segunda tarjeta y dejó al Nàstic con diez hombres.
El club grana presentará recurso ante el Comité de Competición por esa segunda cartulina y poder contar con el jugador de cara al próximo partido del Nàstic en Murcia, el sábado.