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El plan ganador de Luis César que llevó al Nàstic de Tarragona a la final

El técnico grana coloca al Nàstic a dos partidos del ascenso tras un planteamiento de autor ante el Murcia. Su plan de control y desgaste terminó siendo ganador

09 junio 2025 20:11 | Actualizado a 10 junio 2025 07:00
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11 de mayo de 2025. El Nàstic de Tarragona anuncia el cese de Dani Vidal y el retorno de Luis César para cumplir su tercera etapa en el banquillo grana. Se rompe con el presente para volver al pasado. El movimiento es arriesgado, decidido y para nada populista. El club grana sabía por aquel entonces que realizar ese cambio en el banquillo no iba a ser una decisión que contara con el beneplácito de una parte de la afición. Sin embargo, se decidió arriesgar, porque el ascenso vía play-off seguía a tiro y la intención de subir era firme. Resignarse era la última opción.

Luis César aterrizó en Tarragona en un contexto incómodo. Dani Vidal se acababa de despedir del club de su vida en una rueda de prensa multitudinaria en la que la afición grana le dejó claro que siempre será uno de los suyos. Una despedida a la altura de su leyenda, con la que se ponía fin a una de las etapas más bonitas que ha vivido el Nàstic a lo largo de su historia.

Probablemente, a cualquier otro técnico esa sombra pesada le habría molestado desde el primer día. No fue así para un Luis César que aterrizó y, en la rueda de prensa de su presentación, dejó constancia de su calma, su personalidad y su autoridad. Las cosas iban a salir o no, pero el Nàstic había fichado a un entrenador decidido, con ganas de redención y al que el vértigo ya no le afectaba tras tantos años en un banquillo. Sinceramente, desde el primer momento se vio que le daba absolutamente igual lo que pensara o dijera la gente y la prensa. Música para sus oídos. Él actúa en base a su creencia, no en base al qué dirán.

Cuatro partidos después, se puede afirmar sin tapujos que Luis César ha conseguido lo que el club buscaba con su llegada. De momento, el Nàstic está en la final del play-off de ascenso tras eliminar al Murcia en las semifinales, en una eliminatoria en la que cada detalle ha contado. Decir que el técnico gallego no ha influido en el pase grana sería faltar a la verdad. Si el Nàstic ha pasado es porque tiene jugadores diferenciales, pero también porque ha habido un entrenador que ha planteado la eliminatoria en base a sus ideas, sin temor a la crítica o a una posible eliminación.

Lo primero que hay que destacar es que Luis César ha sido valiente en la toma de decisiones. Quería un plan, y si para ello tenía que sacrificar piezas o apostar por otras totalmente inesperadas, lo ha hecho. En la ida, se cargó a Pablo Fernández del once inicial y apostó por Enric Pujol, un juvenil de 19 años que debutó como titular en unas semifinales de play-off. En la vuelta, volvió a apostar por el central de Gandesa y sacó del once titular a otro de los intocables, como Óscar Sanz. Además, recuperó a Pablo Fernández desde el inicio y lo juntó con Antoñín Cortés, algo que había dejado en el aire tras la ida y que, horas antes, ya había adelantado que quizás sí podría darse. Juega al despiste cuándo y cómo quiere.

El técnico gallego ha apostado por Enric Pujol en el centro de la zaga con solo 19 años

Lo segundo que hay que recalcar es que su plan de eliminatoria era arriesgado, pero ha resultado ganador. El Nàstic, un equipo acostumbrado a jugar de tú a tú y sin especular en casa, dibujó una idea de mayor control y menos riesgo. No fue a reventar la eliminatoria; la quiso hacer larga, y eso le costó la crítica de muchos. A Luis César le volvió a dar igual.

En la vuelta, el conjunto grana volvió a tener un rumbo claro. El gallego apostó nuevamente por la calma, por el control y por dejarle claro al Murcia que el Nàstic, con el empate, no se iba a poner nervioso. Los que sí se pusieron tensos fueron los de Fran Fernández. Justo en ese momento, y como si el fútbol quisiera que el plan de Luis César tuviese todo el sentido del mundo, apareció Pablo Fernández para meter el gol ganador.

Luego, ya lo dijo el técnico del Nàstic en la rueda de prensa posterior: «Para ascender hay que sufrir, hacer las cosas bien y tener suerte». A veces, una sola frase lo dice todo. Luis César, el hombre que llegó en un contexto de tensión y que tiene al Nàstic a dos partidos de Segunda. La veteranía es un grado. La calma en la tempestad, más. De ambas cosas va sobrado.

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