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El Reus Deportiu no falló en Suiza y certificó su pase para la Final Four de la Copa de la CERS, su principal objetivo de esta temporada. El equipo de Domínguez defendió con criterio el 5-2 de la ida y acabó imponiendo su mayor calidad y sobre todo su mayor experiencia en citas de este tipo. Tuvo que trabajar mucho, eso sí, ante un rival que no tenía ningún tipo de presión y que demostró ser digno competidor. El Diessbach dio un salto de calidad en la anterior ronda, cuando dejó fuera al Candelaria. No se convirtió en una cenicienta.
Los rojinegros lucharán por el título en una Final Four sin todavía sede. Se medirán al Barcelos luso, que ha dejado fuera de la competición al Saint Omer francés.Se abre una buena posibilidad de alcanzar un título.
Sufrimiento inicial
El Reus sufrió en el primer tiempo. Su rival se encontró cómodo en casa. Las peculiaridades de su pista le hacenfuerte. Sube su nivel. Los rivales se incomodan. Y eso que el Reus se avanzó pronto gracias a una pena máxima que anotó Xavi Costa. Podía ser la puntilla, pero había que remar mucho. Lo demostró el Diessbach, con poco que perder y mucho que ganar. Le dio la vuelta al marcador antes del descanso. Su reacción fue un aviso para los de Domínguez. Si estos pensaban que el gol inicial les daba el pase se equivocaban.
Justo antes del descanso, Roger Molina evitó la amenaza máxima atajando una directa que pudo ser decisiva. El Reus se fue al respiro todavía con dos goles de margen. Necesitaba cerrar la eliminatoria a la vuelta de vestuarios. Nada iba a convertirse en sencillo.
El equipo reusense tiró de madurez para gestionar el segundo tiempo. También jugó con el marcador. Poco a poco fue más dueño del partido y el resultado cayó por su propio peso. Igualó para el Reus Coy. El 2-2 signifícó el adiós del Diessbach. Fue como una losa muy pesada. Los de Domínguez se reforzaron en lo anímico y finiquitaron la eliminatoria de forma progresiva. Sin ser excesivamente brillantes, aunque muy cuerdos en su propuesta.
Platero puso por delante de nuevo al Reus, que ya sentía poderoso, miembro de pleno derecho de una Final Four ansiada. Certificó la victoria Coy, con el 2-4 definitivo. Simbolizó la superioridad general de los de Domínguez en una eliminatoria que costó desnudar. El equipo cumple con la obligación que le había marcado la temporada. Estar en la Final Four era algo innegociable. Queda el título.
