El Templo de Aragonés (Reus 6-3 Calafell)

Tres goles del rojinegro decantan un apasionante derbi ante el Calafell. El Reus deja en sus manos el cuarto puesto

06 abril 2022 21:10 | Actualizado a 06 abril 2022 21:14
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Fue un derbi bonito, intenso y con dos equipos que se desafiaron de manera constante. Pero sería injusto que en las primeras líneas no apareciese el nombre del jugador que reinó con firmeza en él. Sergi Aragonés ha hecho del Templo de Reus su parque de atracciones. Desde que llegó en el mercado de invierno ha catapultado a los rojinegros. Ayer logró tres goles para tumbar a un Calafell que vendió cara su piel, pero acabó rindiéndose al ‘6’.

Los senderos durante la temporada de Reus Deportiu y Calafell provocaron que acudieran al derbi sin complejos, pero con obligaciones. Unos porque jugaban en casa y acogían con naturalidad el papel de favoritos, mientras que los otros han firmado un curso tan ilusionante que les permite mirar a los ojos del rival sin importarle demasiado su aura. Respeto siempre, miedo nunca.

Rojinegros y calafellenses comparecieron en el Templo con el deber de ganar. La cuarta plaza estaba en juego a falta de dos jornadas para dar por finiquitada la fase regular de la OK Liga. Dos puntos les separaban. Sobraban alicientes para salir conectados a la pista. No hacerlo era sinónimo de encerrona y eso se quería evitar de todas las maneras.

No fue un partido de brisagas porque el talento se impuso desde un primer momento. Dos equipos alegres, punzantes y que se dejaron llevar bajo la inercia de sus últimas adquisiciones.

Sergi Aragonés golpeó primero cuando apenas se habían consumido dos minutos. Fue en una jugada liosa, pero en la que fue más listo que nadie. Abrió en canal el partido, pero lejos de encontrar un Calafell dubitativo sacó a relucir toda esa personalidad que caracteriza a los de Ferran López. Un equipo que no rebla.

La reacción del Calafell fue tan firme como inminente. La lideró Arnau Xaus que destapó su tarro de determinación para liderar primero una transición que culminaría Martí Casas tras una gran asistencia del jugador del Plà del Penedés. Apenas habían pasado cinco minutos de partido y ya reinaba el 1-1 en el marcador.

Lo que sucedió después fue un festival de faltas directas que reflejaron la intensidad del partido. Ir con una marcha más conlleva riesgo, destiempo y desperfectos más bruscos. La primera falta directa la tuvo el Calafell tras una tarjeta azul a David Gelmà. Casas quiso repetir, pero se encontró con Ballart. No sería la primera porque otra vez volvería a aparecer una azul y en consecuencia una falta directa. Sería para Sergi Aragonés en este caso y Arnau Xaus cogió la responsabilidad y con una frialdad soñadora elevó al Calafell en el marcador. 1-2, remontada completada y el Templo algo desconcertado.

Todavía le quedaba mucha tela que cortar a la primera parte y al derbi. Otra vez la falta directa iba a ser un factor fundamental. Esta vez se iba a arropar en ella el conjunto rojinegro. Fue Marc Julià que con una bonita ejecución empataba el encuentro. A ocho minutos del descanso. Los minutos finales fueron para los de Jordi García que pudieron irse por delante en el marcador, pero se encontraron con la figura de Edo. El portero del Calafell paró hasta dos faltas directas. La primera a Marc Julià y la segunda a Diego Rojas. En ambas se hizo gigantes. En ambas proclamó que el Calafell quería irse a la bocana de vestuarios con igualdad de condiciones. Lo consiguió.

No pudo sujetar el Calafell al Reus en la segunda mitad porque Sergi Aragonés sacó todo su talento sobre la pista. Es impresionante el rendimiento que le está dando al Reus desde su llegada en invierno. Directamente le ha elevado a otro nivel. Nadie sabe si al alcance para conquistar algún título, pero sí para pelear por ellos. Cuando se tienen jugadores así es una obligación.

El rojinegro marcó dos goles en apenas un suspiro. Dos tantos de ejecución sencilla, pero mortífera. Nada de estridencias porque es un jugador que huye de ellas. Prefiere matar sin adornos. El Templo enloqueció rindiéndose a su nuevo héroe.

Pudo el Reus poner todavía una ventaja más amplia en el marcador en una falta directa por acumulación de faltas de un impetuoso Calafell. Esta vez fue Compagno quién tomó la responsabilidad. Primero apareció Edo y luego el larguero para evitar el quinto. Había esperanza en los de Ferran López, pero cada vez se consumía con más celeridad porque el marcador no acompañaba y las sensaciones tampoco.

La puntilla la dio Gelmà tras fallar una falta directa que tras el propio rechace combinó con Julià que le regaló el quinto. Por si quedaban dudas metió el sexto tras un trallazo. Casas en otra falta directa puso el punto y final.

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