Jaque al play off

El Reus venció ayer en su visita a Paterna ante el Mestalla en un duelo donde hubo pocas ocasiones de gol. Los rojinegros aprovecharon su primer tiro a meta para anotar por medio de Edgar Hernández y volver así al cuarto puesto de la tabla

19 mayo 2017 22:59 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:25
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Aunque el fútbol se considere el deporte rey, eso no significa que sea divertido para el espectador. El choque de ayer en Paterna fue aburrido, con apenas llegadas a portería y poca efectividad. Detrás se escondía una batalla táctica, como si el césped fuera un tablero albinegro de ajedrez, en la que Natxo González movió sus fichas para dominar la contienda. Con un gol picajoso de Edgar Hernández, el Reus encaró el partido ante el Valencia Mestalla. Fue el único tiro entre los tres palos del primer tiempo. A partir de ahí, los rojinegros gestionaron su renta para no sufrir y el partido se volvió lo que coloquialmente se conoce como un tostón para la grada. Pero el míster siguió jugando con paciencia, sabiendo que ya había hecho el jaque. El reloj le daría la partida. 
La victoria permitió dormir al equipo en zona play off a esperas del resultado del Hércules, que juega hoy. Por un lado, el conjunto del Baix Camp pone presión a sus rivales directos por entrar entre los cuatro primeros,  por el otro, las malas noticias llegan en forma de sanciones. De los siete jugadores apercibidos, tres vieron tarjeta amarilla y se perderán el duelo de la semana que viene en casa ante el Alcoyano. Los castigados son tres fijos en el once del técnico vasco: Moyano, Ramon Folch y Rico. 
El conjunto reusense controló en todo momento a un rival desbocado, sin ideas para dañar al equipo rojinegro y dando sensación de desesperación. Con un 4-4-2 y las líneas muy juntas los visitantes no tuvieron serios problemas para repeler los ataque locales. La pareja formada por Moyano y Olmo en el eje de la zaga se ganó la matrícula de honor y los jugadores interpretaron a la perfección el duelo y el estado de ánimo local para dar un paso adelante o esperar en tres cuartos de campo. Lo hicieron con la tranquilidad que da marcar antes de la media hora y sintiéndose superiores a un Mestalla con la pólvora empapada.
El Reus salió dominando los primeros minutos. Jugaban por bajo, elaborando acciones a través del toque y la precisión, mientras que al filial valencianista le costó sacar el cuero controlado y apostó por envíos largos sin un receptor claro. Pese a ello, los locales tuvieron la primera acción jugosa en balón raso a la frontal que Nacho Gil dispara arriba buscando la cruceta de Edgar Badia. Álex López volvió a sorprender a la defensa reusense con una carrera por todo el campo que finalizó enviando el cuero a las nubes. 
Corría el minuto 27, cuando Olmo teledirigió una bola desde el centro del campo a los pies de Edgar Hernández en el balcón de la grande. El ariete de Gavà hizo un control orientado para introducirse en el área y poner la pelota en la escuadra para anotar un gol más esperado que una cita vis a vis.  Y es que los malos resultados del Reus a domicilio se tenían que romper lo antes posible para seguir soñando con el play off. 
El Mestalla dio un paso adelante. Intentó encerrar al cuadro rojinegro en su campo en busca del empate. Pero sólo fue un espejismo. La contundencia de la defensa visitante inhabilitaba el asedio local y a los pocos minutos el Reus volvía a estirar el campo. Hasta la media parte dominó al rival a su antojo a excepción de alguna pérdida en la medular o algún córner travieso. 
La reanudación estuvo llena de imprecisiones y sin claro dueño del balón. Fran Carbia entró por Xisco para ganar profundidad y en su primera aparición estuvo cerca de quedarse solo ante Jaume, antes que un zaguero le pispara la bola. En el 62’, Alberto vio la segunda amarilla por sacar una falta antes de tiempo, y en el 84’ el expulsado fue Zahibo al recibir la segunda amonestación por una entrada sobre Colorado. Antes, Álex López perdonó a su exequipo al rematar alto un centro de Nando. 
El Reus corrió al contragolpe para mellar las pocas ramas que quedaban de un Valencia desarbolado y a punto estuvo de hacer el segundo. Colorado disparó de lejos un cuero salvado por Jaume con los puños; y Marín centró desde la izquierda al primer palo donde Sellarès se anticipa para rematar cerca de la madera. Fue el final de una cita poco atractiva  que mantiene la llama encendida.  
Aunque el fútbol se considere el deporte rey, eso no significa que sea divertido para el espectador. El choque de ayer en Paterna fue aburrido, con apenas llegadas a portería y poca efectividad. Detrás se escondía una batalla táctica, como si el césped fuera un tablero albinegro de ajedrez, en la que Natxo González movió sus fichas para dominar la contienda. Con un gol picajoso de Edgar Hernández, el Reus encaró el partido ante el Valencia Mestalla. Fue el único tiro entre los tres palos del primer tiempo. A partir de ahí, los rojinegros gestionaron su renta para no sufrir y el partido se volvió lo que coloquialmente se conoce como un tostón para la grada. Pero el míster siguió jugando con paciencia, sabiendo que ya había hecho el jaque. El reloj le daría la partida. 

La victoria permitió dormir al equipo en zona play off a esperas del resultado del Hércules, que juega hoy. Por un lado, el conjunto del Baix Camp pone presión a sus rivales directos por entrar entre los cuatro primeros,  por el otro, las malas noticias llegan en forma de sanciones. De los siete jugadores apercibidos, tres vieron tarjeta amarilla y se perderán el duelo de la semana que viene en casa ante el Alcoyano. Los castigados son tres fijos en el once del técnico vasco: Moyano, Ramon Folch y Rico. 

El conjunto reusense controló en todo momento a un rival desbocado, sin ideas para dañar al equipo rojinegro y dando sensación de desesperación. Con un 4-4-2 y las líneas muy juntas los visitantes no tuvieron serios problemas para repeler los ataque locales. La pareja formada por Moyano y Olmo en el eje de la zaga se ganó la matrícula de honor y los jugadores interpretaron a la perfección el duelo y el estado de ánimo local para dar un paso adelante o esperar en tres cuartos de campo. Lo hicieron con la tranquilidad que da marcar antes de la media hora y sintiéndose superiores a un Mestalla con la pólvora empapada.

El Reus salió dominando los primeros minutos. Jugaban por bajo, elaborando acciones a través del toque y la precisión, mientras que al filial valencianista le costó sacar el cuero controlado y apostó por envíos largos sin un receptor claro. Pese a ello, los locales tuvieron la primera acción jugosa en balón raso a la frontal que Nacho Gil dispara arriba buscando la cruceta de Edgar Badia. Álex López volvió a sorprender a la defensa reusense con una carrera por todo el campo que finalizó enviando el cuero a las nubes. 

Corría el minuto 27, cuando Olmo teledirigió una bola desde el centro del campo a los pies de Edgar Hernández en el balcón de la grande. El ariete de Gavà hizo un control orientado para introducirse en el área y poner la pelota en la escuadra para anotar un gol más esperado que una cita vis a vis.  Y es que los malos resultados del Reus a domicilio se tenían que romper lo antes posible para seguir soñando con el play off. 

El Mestalla dio un paso adelante. Intentó encerrar al cuadro rojinegro en su campo en busca del empate. Pero sólo fue un espejismo. La contundencia de la defensa visitante inhabilitaba el asedio local y a los pocos minutos el Reus volvía a estirar el campo. Hasta la media parte dominó al rival a su antojo a excepción de alguna pérdida en la medular o algún córner travieso. 

La reanudación estuvo llena de imprecisiones y sin claro dueño del balón. Fran Carbia entró por Xisco para ganar profundidad y en su primera aparición estuvo cerca de quedarse solo ante Jaume, antes que un zaguero le pispara la bola. En el 62’, Alberto vio la segunda amarilla por sacar una falta antes de tiempo, y en el 84’ el expulsado fue Zahibo al recibir la segunda amonestación por una entrada sobre Colorado. Antes, Álex López perdonó a su exequipo al rematar alto un centro de Nando. 

El Reus corrió al contragolpe para mellar las pocas ramas que quedaban de un Valencia desarbolado y a punto estuvo de hacer el segundo. Colorado disparó de lejos un cuero salvado por Jaume con los puños; y Marín centró desde la izquierda al primer palo donde Sellarès se anticipa para rematar cerca de la madera. Fue el final de una cita poco atractiva  que mantiene la llama encendida.  

 

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