El Nàstic renovó esta temporada la portería al completo con el objetivo de fulminar las dudas que hubo durante todo el curso pasado. Bernabé Barragán y Cheikh Sarr se marcharon y Álvaro González ‘Gonzi’ y Wildred aterrizaron en el Nou Estadi. El movimiento tenía una clara intención: darle un salto cualitativo a la portería y zanjar las desconfianzas del pasado.
Para ello estaba claro que Wilfred era el portero experimentado y que iba a ocupar la portería sin discusiones, mientras que Gonzi era un portero con presente y sobre todo mucho futuro que iba a crecer bajo la sombra del sevillano.
Hasta ahí todo correcto. Sin embargo, en el fútbol como en la vida nada está escrito y los problemas en la portería han vuelto a aparecer.
Toni Seligrat intenta siempre darle naturalidad al tema en sus declaraciones, pero lo cierto es que la portería grana vuelve a navegar en un mar de dudas, tal y como sucediera la pasada temporada. Wilfred no ha dado el rendimiento esperado.
Su nivel no es óptimo y el propio guardameta es consciente de ello. Lo primero es que las lesiones no le han respetado y le han hecho perderse varios encuentros y lo segundo es que cuando ha estado en el verde ha coleccionando varios errores técnicos y de concentración que no son propios del portero candidato a un equipo que aspira a pelear por regresar al fútbol profesional la próxima campaña.
El último llegó en Lleida en el que quizás ha sido el error menos grave de los que ha cometido hasta el momento. El tanto de Joanet, en el que el Wilfred pudo hacer mucho más, fue el preludio al empate en la agonía de los ilerdenses que dejó al Nàstic sin dos puntos con los que ya contaba.
Nadie auguraba que aquel error iba a tener consecuencias inmediatas, puesto que Seligrat siempre ha declarado abiertamente su confianza en Wilfred. Lo había hecho por activa y por pasiva hasta que el viernes en la rueda de prensa previa al partido ante el Llagostera anunció que no tenía claro quién iba a ser el portero titular del Nàstic en el Nou Estadi.
La sorpresa llegó el domingo por la mañana cuando en las alineaciones oficiales era el nombre de Gonzi el que aparecía en el once inicial. Seligrat reabría un debate que lleva candente toda la temporada. El joven guardameta navarro regresaba a la titularidad en detrimento de Wilfred. Los hechos no engañaban, el rendimiento del sevillano había sido tan decepcionante que hasta el cuerpo técnico había decidido apostar por un relevo en la portería. Las otras veces en las que había jugado Gonzi eran por problemas físicos de Wilfred. Ante el Llagostera no fue así. La decisión fue meramente técnica.
¿Novedades en invierno?
Ahora la portería del Nàstic queda en una situación delicada. El equipo tarraconense va como un tiro y se encuentra en un estado de felicidad absoluto. El conjunto grana está imparable en casa y solo los tropiezos tontos en casa le impiden ser líder destacado del subgrupo A.
En todo caso, está segundo clasificado y ya tiene una brecha de cuatro puntos con el cuarto clasificado. En otras palabras, tiene más de un partido de distancia con las plazas que le dejarían fuera de la pelea por ascender a Segunda División en la segunda fase.
A pesar del buen momento grana, la portería es el único lugar negro de la entidad tarraconense.
Hay dudas y la opción de acudir al mercado de invierno en busca de un nuevo portero coge cada día más fuerza. Por otro lado, Wilfred tampoco tiene claro su futuro y en los próximos días podría tomar una decisión inesperada y que pondría fin de manera amistosa a su aventura efímera en Tarragona.
Las novedades y las decisiones se tomarán a partir del próximo fin de semana. Ahora mismo vestuario y cúpula solo piensan en cerrar el año de la mejor manera posible con un triunfo ante el Espanyol B en la Ciudad Deportiva Dani Jarque.