Lo que dicta el corazón

Genís Cañas, capitán del CE Altafulla, decide colgar las botas a sus 27 años debido a los problemas cardiovasculares que sufre desde su juventud

07 noviembre 2021 19:20 | Actualizado a 08 noviembre 2021 10:12
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Cualquier persona sueña con retirarse en casa, siendo el capitán del equipo, llevando el 10 en la espalda y con el campo lleno. Así fue la despedida de Genís Cañas, del CE Altafulla, que el pasado 30 de octubre vivió su último partido como jugador. Con tan sólo 27 años, ha tenido que decir adiós al fútbol debido a sus problemas cardiovasculares que le han mermado físicamente estos últimos años y le han obligado a pasar varias veces por quirófano.

«Tengo sensaciones contrapuestas, estoy triste porque no volveré a pisar el campo como futbolista, pero a la vez me voy feliz valorando todo lo que he hecho durante toda mi trayectoria», explica Cañas. Empezó su andadura por los terrenos de juego en el Nàstic, club en el que también jugaba su hermano mayor Alex. En edad cadete decidió que quería jugar con sus amigos en casa, en el CE Altafulla; hasta que en juvenil le fichó el Torredembarra al que está muy agradecido porque «es el club que me hizo debutar en el mundo amateur, en Primera Catalana, y tuve la oportunidad de crecer mucho tanto a nivel personal como futbolístico». Pero la cosa no se quedó ahí, ya que más tarde le llegó la oportunidad de jugar en Tercera División con el Ascó.

Hace cinco años decidió volver al CE Altafulla, que en esos momentos competía en Tercera Catalana. «Lejos de sentirme desmotivado porque bajaba muchas categorías, sentí todo lo contrario porque jugar en casa significa mucho, porque quiero al club y al pueblo», aclara el jugador. Su llegada y la de Raul Tudela, actual entrenador del primer equipo, dieron un gran impulso a la entidad que contra todo pronóstico logró el ascenso de categoría en la temporada 2019-20. Para Genís, que ese año forzó la maquinaria pese a estar muy desgastado, lograr ese ascenso «fue lo máximo».

Comenta además que «cuando acabó esa temporada estaba más mentalizado para dejar el fútbol que ahora porque ya sentía que lo había hecho todo en el mundo del fútbol». Aun así, decidió seguir jugando hasta ahora, que ha decidido poner punto final a su paso por los terrenos de juego. «Aproveché para operarme durante la pandemia y cuando me reuní con la doctora siete meses después me dijo que mi pierna derecha había empeorado y que tenía que pasar por quirófano», lamenta Genís.

Operación con 16 años

Ya con 16 años empezó a sufrir estos problemas debido a una mala circulación de la sangre que le impedía acabar los partidos. Cambió sus hábitos alimenticios, se operó y se exigió mucho físicamente entrenando más que el resto para poder seguir rindiendo en el campo. «Cuando tuve mi primer trombo con 20 años me asusté y cuando en menos de un año tuve el segundo, además en una jugada fortuita con un compañero durante el entreno, ya empieza a afectar mentalmente», explica. Ahora, consciente del riesgo de volver a sufrir otro trombo, ha decidido priorizar su salud. Lo que es evidente es que ha luchado contra viento y marea para poder seguir practicando el deporte que tanto le apasiona.

Para Genís Cañas la retirada ha sido una decisión fácil de tomar, pero difícil de asumir. Confiesa que «aunque parezca drástico, ahora necesito unos meses de desconexión y de duelo; aunque también debo disfrutar de todo lo que he conseguido». Tras más de 20 años compitiendo, cuelga las botas habiendo jugado en categorías importantes del fútbol territorial.

Se va triste por tener que decir adiós tan pronto, pero a la vez sonríe por haberlo hecho en casa arropado por sus compañeros, familiares y amigos, que le brindaron un homenaje que no cualquiera puede tener al final de su carrera.

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