Caminaba el partido en el alambre con el Reus Deportiu haciendo un ejercicio mental y físico para intentar culminar la remontada frente a un Igualada que se había plantado en el Palau d’Esports de Reus con la intención de hacer pagar la resaca europea de unos rojinegros que hace apenas 72 horas caían con honor en su visita al Dragao. A falta de siete minutos, Martí Casas volvió a asumir galones en la fase ofensiva. En esas acciones en las que no todos se atreven, él sí lo hizo. El crack rojinegro se fabricó uno de esos goles en los que el instinto y la fe marcan la diferencia. Su primer remate no invitaba al delirio, pero había truco porque la clave estaba en el rechace. Allí Casas estuvo más pícaro que todos y se activó antes que nadie para llegar y golpear la bola con claridad. No necesitó un remate inverosímil porque se había ganado unos segundos de más que le permitieron marcar y darle los tres puntos al Reus frente al Igualada.
Antes no había comenzado nada bien el encuentro para los de Jordi García. Apenas se habían consumido cinco minutos cuando Ibars enmudeció el Palau con un disparo seco que se coló en la escuadra reusense (0-1).
Tras sobrevivir durante toda la primera mitad, el Igualada por fin concedió una grieta tras el descanso. Fue en el minuto 28, cuando Julià detectó el movimiento de Jansà, que recibió la bola y tras un amague no falló en la definición. El Reus activaba el modo remontada, pero el Igualada le volvió a decir que no, al menos por el momento. Solo dos minutos después del tanto del empate, Edu Fernández recogió una bola en el segundo palo y no falló en boca de gol.
Con 20 minutos por delante, ahora sí que el Reus necesitaba acudir a la épica porque los minutos iban a volar si seguía el marcador en contra imperando. Cuando se acercaba ya el partido a la agonía, Casas decidió imponer su ley. En el territorio de la verdad, Casas habló con sus goles. El primero fue en el 42’ tras recoger un rechace y dibujar una bonita media vuelta que culminó con un disparo inapelable. Solo un minuto después marcó el gol definitivo, aunque la victoria no se entendería sin la parada de Ballart en la falta directa a Roma cuando quedaban tres minutos de partido. El Reus salvó una tarde envenenada.
Calafell y Noia firman tablas en el derbi del Penedés
El Calafell empató frente al Noia en el derbi del Penedés tras desaprovechar una ventaja de dos goles.
El partido comenzaba con susto para el Calafell que a los 10 minutos iba a disponer de un penalti en contra. El Noia Freixenet le entregó las llaves a Iván Morales que no pudo superar a Gerard Camps que mantenía el derbi en empate con una gran parada con su pierna.
A aquella parada precedió una gran noticia para los de Guillem Cabestany que veían como se adelantaban en el marcador solo dos minutos después. Sergio Miras irrumpía con fuerza en el Ateneu para poner por delante al Calafell tras culminar una bonita transición en la que los calafellenses castigaron una pérdida tonta del Noia. Cinco minutos después, el Calafell iba a doblar su ventaja gracias a una gran jugada individual de Jepi Selva que se iba a fabricar un espacio letal con una diagonal desde la izquierda que culminaba con un bonito disparo con el que superaba a Roca (0-2).
La segunda mitad no tuvo sobresaltos durante los primeros 10 minutos, pero el Noia incendió el derbi en apenas siete minutos. Primero marcó Salvadó y luego Bargalló para situar el duelo con empate a 7’ para el final que terminaría siendo definitivo.