Pablo Fernández y Antoñín Cortés ya no son intocables en el Nàstic
Luis César dejó al asturiano en el banco ante el Murcia. «Si tengo dos ‘9’, sería irresponsable ponerlos a los dos», aseguró

Pablo y Antoñín celebran uno de los goles del asturiano este curso.
Cuando se hacían las pesquisas sobre el posible once inicial del Nàstic de Tarragona frente al Real Murcia, en la ida de las semifinales del play-off, había dudas. Pero lo que no se discutía en ningún momento era la presencia de Antoñín Cortés y Pablo Fernández en el frente ofensivo. La mejor dupla de ataque que ha tenido el conjunto grana en los últimos años entraba dentro de los planes de casi todos. Nadie esperaba ver uno de sus nombres fuera del once inicial en el partido más importante del año.
Sin embargo, Luis César demostró que tiene una idea en su cabeza que no negocia. Se le puede acusar de muchas cosas al técnico gallego, pero no de falta de valentía ni de renunciar a imponer su plan, aunque eso conlleve decisiones trascendentales y poco compartidas por la masa social. Al fin y al cabo, él es quien tiene el poder y la potestad.
Frente al Murcia, el Nàstic compareció sin su máximo goleador. Pablo Fernández se quedaba en el banquillo de manera totalmente inesperada. Luis César apostaba por Antoñín Cortés en punta, acompañado por Roberto Torres como enganche. Álex Jiménez, el otro delantero de la plantilla, no era su pareja, sino que partía desde la banda izquierda, aunque con libertad total de movimientos en ataque.
«Sé cómo va a jugar el Nàstic de Luis César», afirmaba Fran Fernández, técnico del Murcia, en la rueda de prensa previa al partido del Nou Estadi Costa Daurada. Horas después comprobaba que no lo sabía, porque en ni una sola quiniela se apostaba por ese frente ofensivo de los tarraconenses.
Pablo Fernández terminó entrando tras el descanso y siendo clave para el empate. El delantero asturiano marcó el 1-1, su décimotercer gol en lo que va de temporada, y le dio mucho más veneno al ataque grana que agreció su presencia. Con su rendimiento dejó claro que no sacarlo de inicio es una decisión como mínimo arriesgada.
Luis César, que siempre tira de sinceridad en las ruedas de prensa, no se cortó al analizar la suplencia del asturiano. Ofreció argumentos que pueden gustar más o menos, pero que cuentan con base sólida e incluso apoyo estadístico: «Aquí tenemos dos nueves específicos. Si quemas todas las naves en el once inicial con Pablo y Antoñín, pues luego llega el minuto 60 o 70, cuando todos los jugadores ya han recorrido siete, ocho o nueve kilómetros, y miro para el banquillo y no tengo a nadie. Entonces es una gestión de recursos y hoy le ha tocado a Pablo entrar después. Si tengo dos nueves, sería muy irresponsable ponerlos a los dos», aseguraba el entrenador del Nàstic.
Un dato interesante
Pero más allá de ese plan de refresco ofensivo, Luis César ofrecía un dato revelador que, según explicó, no fue determinante en su decisión, pero sí quiso compartir: «Pablo y Antoñín han jugado 23 partidos juntos de titulares y el Nàstic no ha ganado en 15». El técnico gallego dejó en la palestra esa estadística de forma intencionada. Con ello, lanzó un mensaje con trasfondo: poner a Pablo y Antoñín no es sinónimo de victoria.
Ahora queda la vuelta en el Enrique Roca, y el Nàstic necesita ganar. Se podría pensar que la suplencia de Pablo Fernández fue solo una táctica puntual, pero nadie puede darlo por seguro. Luis César ofreció un discurso que pone claramente en entredicho la dupla que ha sumado 23 goles esta temporada. Al menos, de inicio.
Durante toda la semana se va a hablar de esa doble punta y su presencia en tierras murcianas. La gran incógnita es si el técnico gallego apostará por ambos o mantendrá su plan de escalonarlos. En caso de optar por la segunda vía, siempre existirá la pregunta clave: ¿quién será el sacrificado?
Lo único claro es que Luis César ha sembrado una duda que hasta ahora no existía, o que al menos llevaba varias semanas fuera del mapa. El Nàstic no se entendía sin Pablo Fernández y Antoñín Cortés en el frente ofensivo, pero ahora esto ya no es así. El conjunto grana es más impredecible que nunca, y el gallego tiene cartas ganadoras que no le tiembla el pulso a la hora de guardar bajo la manga. Lo que es evidente es que el Nàstic necesita la mejor versión de ambos. Juntos o separados.